EL EVANGELIO EN MARCHA
Participemos de la mesa
Mensaje de Santa Cena PARTE I
Por: Rev. Ricardo Carrillo
LECTURA BIBLICA: 1Corintios 10:1-12
INTRODUCCIÓN
Que el Señor los bendiga, este día de Fiesta y de esperanza estamos listos para celebrar y participar de la mesa del Señor, todo está preparado. Queremos compartir con ustedes un tema de mucha transcendencia, porque tenemos que reconocer, como toda ceremonia cristiana, cuando caemos en la repetición hay un peligro, el peligro está en que esta ceremonia se convierta en un rito y que lleguemos a la Santa Cena, de manera mecánica, sin considerar la importancia de ella o sin tener conciencia real de lo que significan estos elementos.
Yo le ruego al Señor que estés convencido de que esto, es más que un simple rito religioso y que de ninguna manera llegues al punto de recibir estos elementos mecánicamente, tomarlos, comerlos y marcharte a casa como si nada hubiera pasado. Y Justamente nuestro tema de hoy se llama “Participemos de la mesa”.
Abramos la Palabra de Dios en la carta a los Corintios en el capítulo 10, es necesario tomar conciencia de la importancia de acercarnos a la mesa del Señor, el apóstol Pablo toma este tema y este capítulo es un poco complicado, que nos pone contra la pared porque el tema central de este capítulo 10 es la idolatría.
Como hemos dicho en otras oportunidades, Corinto era una iglesia que tenía todos los dones, era una iglesia que se jactaba de espiritualidad, pero era una iglesia que con sus hechos desobedecía su espiritualidad.
Los corintios asistían a templos paganos y en esos templos paganos también habían mesas, también habían sacrificios y los que se jactaban de ser espirituales, decían: “…Eso no tiene nada que ver, yo soy cristiano y yo puedo ir a un culto de esos, puedo participar, puedo comer de la comida que dan allí, pero mi fe es fuerte como un roble.
Veamos 1Corintios 10:12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. Tremenda advertencia, en medio de una enseñanza que nos llama a huir de la idolatría, lea el verso 14: Por tanto, amados míos, huid de la idolatría. V.14. Y este consejo es para todos nosotros, hermanos por el amor de Dios huyamos de la idolatría, dile a nuestro Padre: Señor háblame, Señor abre mi entendimiento, porque es en este contexto que el Señor plantea lo que significa acercarse a la mesa, con una actitud certera, con una actitud Bíblica, con una actitud realmente espiritual.
A partir del verso 16, comienza a hablar de la cena y allí se nos presenta, por lo menos tres características con las cuales yo debo participar en la mesa del Señor.
TRES CARACTERÍSTICAS DE MI PARTICIPACIÓN EN LA MESA DE CRISTO:
Participo como beneficiario en el sacrificio de Cristo; está diciendo que yo recibo los beneficios del sacrificio de Cristo, del sacrificio de la cruz. 1 Corintios 10:16 en la primera parte dice: La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo?. Es una pregunta retórica, cuya respuesta implícita es, si, es verdad, pero tenemos que entender que aquí comunión significa, participación. Yo participo como alguien que ha recibido un beneficio, y tomo conciencia de la magnitud de ese beneficio, cuando me acerco como beneficiario, en el sacrificio de Cristo, me doy cuenta que esto es más que un rito, es más que una conciencia religiosa, es más que una práctica, es una participación espiritual.
PARTICIPO COMO MIEMBRO DEL CUERPO DE CRISTO
Como miembro activo del cuerpo de Cristo. (…) El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo. 1 Corintios 10:16b-17
Todos participamos de un mismo pan, yo participo como miembro del cuerpo de Cristo. Mis hermanos cuando tengo ese pedacito de pan en mis manos, tengo que tomar conciencia que ese pedacito de pan, era un solo pan y que ha sido dividido y que ese pedacito de pan te hace recordar que eres parte del cuerpo de Cristo, que es la iglesia.
Y esta participación como miembro del cuerpo de Cristo tiene tres implicancias: PARTICIPAR el llamado es a que todos participen: (…) El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo:1 Corintios 10:16b-17.
Es triste para los pastores el día de Santa cena, que los hermanos se replieguen a la hora de participar porque si tuvimos un problema con la esposa o ha tenido una discusión en la oficina y no quieres participar de la cena y se auto marginan, ¿Por qué? Por miedo, por temor, porque en el capítulo 11, el apóstol Pablo nos hace una advertencia acerca de esto, en el verso 28. Por tanto, pruébese cada uno así mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. 1Corintios 11: 28-30.
No están durmiendo la siesta, muchos han muerto, algunos están durmiendo la siesta aquí, pero cuando Pablo dice muchos duermen, es porque muchos han sido sacados de la tierra de los vivientes, por Dios mismo, porque se han acercado de manera indigna a la mesa del Señor.
En este mismo pasaje el Señor nos desafía a Probarnos a nosotros mismos, no a replegarnos, lo que tenemos que hacer es: probarnos y participar, no dice probarnos y replegarnos. El Señor quiere que participemos, pero que lo hagamos bien. Mira lo que dice Juan en su primera carta 1:7, pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
Aquí tenemos una de las claves para participar de la mesa del Señor, es como un semáforo, que nos da el derrotero para acercarnos y es: si yo tengo comunión con mi hermano, si mis relaciones personales están en paz, ¿cómo estamos con nuestras esposas, con nuestros hijos, con nuestros padres, con nuestros hermanos en la fe, en nuestro trabajo, con la vecindad, con la familia, con la suegra?. Hay problemas allí, piénsalo; Si tú tienes cosas que arreglar, tienes que decidir antes de participar; pero Juan dice que la comunión entre nosotros, garantiza nuestra comunión con Dios, porque si él está en luz, nosotros también debemos estar en luz, si es que estamos en comunión los unos con los otros, porque la sangre de Jesucristo su Hijo, nos limpia de todo pecado, esa es la primera implicación.
La segunda implicancia que es anterior a esta y es un asunto de obediencia y es: BAUTÍZATE, para poder participar tienes que bautizarte ¿sabes por qué?, Porque quizás aquí halla algunos que ya recibieron a Cristo en su corazón, pero no han dado el paso de obediencia del bautismo, yo hablo con personas y les pregunto, ¿hace cuánto tiempo conoces al Señor? Y me responden: hace 2 años pastor, ¿y te has bautizado? No pastor, yo no pregunto por qué, pero de repente veo una enorme D de desobediente que aparece frente a mis ojos.
Porque el Señor Jesús ha dicho, que todos debemos bautizarnos, el bautismo no agrega nada a tu salvación, absolutamente nada, porque ya eres salvo, pero el bautismo es una señal de obediencia al Señor. Si usted quiere completar su obediencia al Señor, bautícese porque esa es la señal de obediencia, cuando tú entres a las aguas del bautismo, tú estarás identificándote con Cristo y su obra.
Cuando tú te bautizas le estás diciendo al mundo, yo he sido salvado por la sangre de Jesús, en una fecha anterior, porque primero Jesús te salva de tus pecados que es una operación sobrenatural que se da en tu vida.
Aceptar a Cristo como tu Señor y Salvador, el hecho de que Dios hace en tu vida una operación sobrenatural, él toma tu vida y te sumerge en el cuerpo de Cristo universal, en la iglesia universal, eso es lo que hace el Espíritu Santo.
¿QUÉ ES LA IGLESIA UNIVERSAL? La reunión de todos los creyentes en Cristo de todo el mundo, los que están muertos, los que están vivos y los que no han nacido todavía, esa es la iglesia universal.
Desde el momento en que el Espíritu Santo te sumerge en la iglesia universal, tú formas parte del cuerpo de Cristo, pero cuando tú te bautizas en agua estás diciendo: ¡eso pasó en mi vida!,
El bautismo de agua, es un testimonio público de los que ha pasado en tu interior, en esta iglesia solo bautizamos creyentes, personas que han nacido de nuevo, menos a niños, esto es a menores de 12 años, por eso que tú necesitas bautizarte.
Una tercera implicación es: Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.1 Corintios 12:13.
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