EL EVANGELIO EN MARCHA
Dejemos nuestras zonas confortables
Por: Rev. Ricardo Carrillo
REFUGIARME EN MIS ZONAS CONFORTABLES ME LLEVA A DISTORSIONAR EL EVANGELIO
Esta búsqueda de nuestros propios intereses, de la seguridad en nuestras vidas, siempre está de la mano con una visión parcializada de lo que es el evangelio y esto hace que comencemos a distorsionar el mensaje del evangelio.
Cuando comenzamos a utilizar el evangelio como la solución y el cumplimiento de todos nuestros deseos terrenales, llegamos a usar al Señor como un títere, que solamente cumple todos nuestros deseos cuando se lo pedimos.
Hemos sacado a Dios del trono de gloria y lo hemos puesto en nuestra billetera, como si fuera la última tarjeta de crédito que nos sirve para obtener todo lo que queremos; hemos convertido a Dios como un tipo de máquina expendedora, es un Dios inofensivo, sin demandas, un Dios que solo quiere nuestra comodidad; Pero ese no es el Dios de la Biblia, lo que pasa que hemos creado un Dios a la imagen del hombre.
Un Dios a la medida de nuestros intereses terrenales, un Dios insignificante; El mensaje de Jesús, por el contrario nos confronta con un Dios totalmente distinto, un Dios que merece todo, porque él es Creador, un Dios que demanda nuestra vida entera, pero cuando escuchamos esas demandas de Dios, entonces empezamos a relativizar sus palabras y decimos: “no quiso decir eso, sino el quiso decir esto”.
Empezamos a cuestionar la posibilidad de aplicarla en el día de hoy y decimos, “no eso era en otro tiempo” en este tiempo no se puede vivir así, comenzamos a justificar nuestra desobediencia.
Mira lo que hemos leído en Mateo 10:34-39 “No crean que he venido a traer paz a la tierra. No vine a traer paz sino espada. Porque he venido a poner en conflicto “al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, a la nuera contra su suegra; los enemigos de cada cual serán los de su propia familia”.
“El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá y el que la pierda por mi causa, la encontrará.
Mira en Lucas también: “Dirigiéndose a todos, declaró: Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la salvará” Lucas 9:23-24 (NVI)
Mi hermano, Jesús no suaviza sus Palabras, dice las cosas como son y como van a ser, nos está hablando en estos versículos lo que verdaderamente significa ser un discípulo de Cristo, lo que verdaderamente significa ser un seguidor de Jesús.
De tener una vida completamente entregada, para que la gloria de Dios se manifieste en ella y en lugar de ir y abrazar ese tipo de vida, lo que hacemos es correr y nos refugiarnos en esas zonas confortables.
Nos refugiamos donde nos sentimos seguros y vamos una vez a la semana a la iglesia, y oramos antes de los alimentos y cuando nos encontramos con nuestros amigos podemos leer un versículo rápidamente y calmamos nuestras conciencias.
Hay un autor llamado Francis Chang que dice en uno de sus libros llamado “loco amor” dice en uno de sus capítulos: llamado “Servir las sobras a un Dios Santo”.
Permítame leer un fragmento de este capítulo: Muchos de nosotros creemos que tenemos tanto de Dios, como queremos en este momento una porción razonable de Dios, entre todas las demás cosas en nuestra vida, la mayoría de nuestros pensamientos están centrados: En el dinero que queremos ganar, en la escuela donde queremos estudiar, en el cuerpo que aspiramos tener, en la persona con quien queremos casarnos, en el tipo de persona que queremos llegar a ser; Pero la verdad es que nada nos debería de preocupar más que nuestra relación con Dios.
Se trata de la eternidad, y nada se compara con eso, Dios no es alguien que pueda ser añadido a nuestra vida, como si fuera una actividad más. Cuando nos refugiamos en nuestras zonas confortables, comenzamos a buscar nuestros propios intereses; cuando nos refugiamos en nuestras zonas confortables nos lleva a distorsionar el evangelio; pero también:
REFUGIARME EN MIS ZONAS CONFORTABLES ME IMPIDE PENSAR COMO CRISTO.
Cuando vivimos en esta búsqueda de nuestros intereses y no la de Cristo, terminamos viendo las cosas no como Dios quiere que la veamos, impidiéndonos pensar como Cristo.
ILUSTRACION.
Es como cuando tenemos nuestros lentes empañados y no nos deja ver las cosas tal como son e incluso nos hace ver las cosas presentes, pretendiendo que son para siempre, en este capítulo 2 de Filipenses habla de la actitud que hubo en Cristo Jesús. Mira lo que dice Filipense 2:5 “Tengan la misma manera de pensar que tuvo Jesucristo”
Cuando tú y yo nos refugiamos en nuestras zonas confortables, perdemos la oportunidad de pensar como Cristo; nuestra visión de la verdad se empieza a limitar, comenzamos a ver lo pasajero como si fuera eterno; esta no es la vida que el Señor quiere para nosotros, el quiere que seamos llenos del Espíritu Santo.
Mira lo que dice 1 de Corintios 2:14-16: “Los que no tienen el Espíritu de Dios no aceptan las enseñanzas espirituales, pues las consideran una tontería. Y tampoco pueden entenderlas, porque no tienen el Espíritu de Dios. Los que tienen el Espíritu de Dios, todo lo examinan y todo lo entienden. En cambio, los que no tienen el Espíritu, no pueden examinar ni entender a los que sí lo tienen. Como dice la Biblia: “¿Quién sabe lo que piensa el Señor? ¿Quién puede darle consejos?” Pero nosotros tenemos el Espíritu de Dios y por eso pensamos como Cristo. ”
Es importante tener una buena relación con Dios, porque cuando tenemos esa relación, tenemos el Espíritu de Dios, entonces podemos pensar como Cristo; más bien cuando nos rehusamos a salir de estas zonas confortables, empezamos a perder la visión de Dios, nuestra visión se limita y no nos damos cuenta el accionar de Dios alrededor de nosotros, porque estamos muy distraídos en nuestras zonas confortables.
Hermanos amados cuando las personas se aferran a estos lugares de comodidad, es difícil arrancarlos y lo difícil está en que las personas lo saben. Las personas que tienen la mente de Cristo saben que hay algo más grande que estamos renunciando por nuestro placer; sabe que hay una eternidad por delante y esto lo que estamos viviendo es pasajero, es efímero.
REFUGIARME EN MIS ZONAS CONFORTABLES ME PUEDE APARTAR COMPLETAMENTE DE DIOS
Hermanos cuando nuestra vida gira alrededor de nuestros placeres, nuestras satisfacciones personales, puedo llegar a ver a Dios en mi vida como un accesorio prescindible; algo de lo cual yo puedo prescindir, yo puedo dejar, yo puedo apartarme completamente.
Escucho la palabra pero estoy muy ocupado con mi propia agenda, estoy demasiado ocupado para considerar las demandas de la Palabra de Dios; el Señor contó una parábola que puede explicarnos con claridad lo que estamos hablando: “Otros son aquellos en los que se sembró la semilla entre los espinos; éstos son los que han oído la palabra, pero las preocupaciones del mundo y el engaño de las riquezas y los deseos de las demás cosas entran y ahogan la palabra, y se vuelve estéril.” Marcos 4:18-19 (BLA).
“Pues, ¿de qué le sirve a un hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se destruye o se pierde?” Lucas 9:25.
Estas las zonas confortables es algo muy peligroso para el cristiano, porque pueden desviarnos completamente de Dios.
El escritor Tim Kizziar dice: “Nuestro mayor temor como individuos y como Iglesia no debería ser el temor al fracaso, sino el tener éxito en las cosas en la vida que realmente no importan”
Y esto es una gran verdad, nuestro temor no debe estar dirigido al fracaso, en primer lugar porque en el fracaso se aprende, no aprendemos nada con los éxitos, salvo enorgullecerte, en inflarte. Y más aun cuando el éxito no es en las cosas importantes.
Hermano, tú y yo tenemos una gran responsabilidad en este momento y en este lugar, para que tú puedas impactar, transformar con la Palabra de Dios, hoy puede ser el despegue espiritual, en donde queremos que tú te contagies del deseo de trastornar a nuestro entorno, con el mensaje poderoso de nuestro Señor Jesucristo, tú y yo estamos comprometidos.
Mira lo que dice Hechos 17:4-7: “Algunos de los judíos se convencieron y se unieron a Pablo y a Silas, como también lo hicieron un buen número de mujeres prominentes y muchos griegos que adoraban a Dios. Pero los judíos, llenos de envidia reclutaron a unos maleantes callejeros, con los que armaron una turba y empezaron a alborotar la ciudad; asaltaron la casa de Jasón en busca de Pablo y Silas, con el fin de procesarlos públicamente.
Pero como no los encontraron, arrastraron a Jasón y a algunos otros hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: “¡Estos que han trastornado el mundo entero han venido también acá y Jasón los ha recibido en su casa; Todos ellos actúan en contra de los decretos del emperador, afirmando que hay otro rey, uno que se llama Jesús.”
¿Queremos ser un cristiano cómodo, complacido por el estatus adquirido en la vida, cristiano sin fuerzas, sin ganas de nada y amoldados a cuatro paredes o anhelamos ser de aquellos que trastornan el mundo?.
¿Quieres seguir viviendo en la comodidad o le dices al Señor, heme aquí, estoy dispuesto?. Decirle al Señor que empiece a trabajar en mi vida, pídele a El que lo haga, no va a ser fácil, pero Dios va ver tu corazón y tu deseo de serle fiel.
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