EL EVANGELIO EN MARCHA- PERLAS DEL ALMA
Jesús: la Luz en medio del paganismo
Por: Francisco Aular (faular @hotmail.com)
Más a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. Miqueas 4:2 (RV60).
El Cristianismo surge y vive en medio del paganismo reinante- algunos sinónimos del paganismo son incredulidad, herejía, impiedad, escepticismo e idolatría- que es el sistema religioso que impera en el mundo; así será hasta el final de los tiempos, tiempos que la Biblia llama el juicio a la gran ramera (Apocalipsis 17). La palabra prostitución es usada en la Biblia para hablar de la desobediencia al Dios verdadero y de la adoración a dioses falsos; a este sistema se le llama Babilonia y será juzgado entre los juicios que Dios hará al final de la gran tribulación, como lo señala Apocalipsis en el capítulo dieciocho.
¿Qué podemos hacer cuando llegamos a una cultura en donde reina el paganismo se adora a otros dioses y se hacen prácticas sociales o religiosas diferentes a las nuestras?, ¿nos plegamos a ese tipo de celebraciones o no? Respondemos a estas interrogantes diciendo que, el cristiano debe examinar a la luz de la Palabra de Dios tales costumbres: ¿las prohíbe la Biblia?, ¿son neutrales?, o sea, ni buenas ni malas; ¿apoyaría la Biblia esa prácticas culturales? Obviamente, el cristiano apoyará aquellas prácticas del paganismo que no contradigan la Palabra de Dios.
Pues bien, está probado que el origen de la celebración del 25 de diciembre es pagano. Su trasfondo habría que buscarlo en las prácticas de aquellos pueblos paganos del pasado. En efecto, en la mitología egipcia se dice que Horo, el hijo de la diosa Isis, nació un 25 de diciembre. Igualmente se sabe que había una tribu de la Arabia antigua que solía tributar culto divino a la Luna celebraba el 25 de diciembre como día del “nacimiento del señor”. Roma por su parte, solía consagrar grandes solemnidades religiosas al dios Saturno, esposo de Cibeles, esto, durante los últimos días de diciembre. Pero cuando JESÚS nace, lo hace en medio de la oscuridad del paganismo, Él es la Luz del mundo.
Me imagino que los primeros cristianos, una vez que conocían al Señor JESÚS, se preguntaban, ¿cómo podemos celebrar estos días? Ellos decidieron aprovechar esos días de fiesta, que culminaban precisamente el 25 de diciembre, para reunirse y adorar con todo gozo al Hijo de Dios, y empezaron a celebrar a JESÚS. Lo sabemos tanto por la historia cristiana como por la secular, que el cristianismo se enfrentó sin armas y sin violencia a un mundo que lo atacó sin piedad.
Centenas de miles murieron en el camino, como actualmente también está ocurriendo ante la ceguera de los tan nombrados derechos humanos promovido por las Naciones Unidas, sin embargo, el Cristianismo sigue adelante. Entonces, en aquel imperio romano que había perseguido cruelmente a los cristianos, el Cristianismo se constituyó en el siglo IV en religión oficial en todo el Imperio. Y el 25 de diciembre quedó consagrado el día de conmemorar el nacimiento de JESÚS. Esta celebración se hizo ley y ha llegado hasta nosotros.
Debo señalar que siempre ha estado en marcha un movimiento para eliminar la Navidad como celebración, en lo que denominamos, el mundo occidental. Se ha aprobado por ley en algunos parlamentos democráticos, que no se diga “feliz Navidad”, “sino felices fiestas”, para respetar los derechos de los que no creen en JESÚS. Lamentablemente entre los enemigos de la Navidad hay muchos cristianos legalistas, sectas heréticas que se unen al ateísmo, y otras religiones que imperan en el paganismo actual, además del consumismo.
Es claro afirmar, Biblia en mano, que celebrar o no la Navidad, no añadirá ni quitará a la Salvación provista por la Providencia: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo.” (Colosenses 2:16, RV60) ¡La Salvación es confiar únicamente en JESÚS, Él es el Regalo de Dios para nosotros los pecadores, por ello afirmamos, el cielo es el Regalo de Dios! (Juan 3:16).
PERLA DE HOY: Frente a un mundo en oscuridad pagana, hagamos que brille la Luz del Sol de Justicia.