La batalla del discípulo

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EL EVANGELIO EN MARCHA

La batalla del discípulo

Por: Rev. Ricardo Carrillo

INTRODUCCION.

  Durante la segunda guerra mundial, en el norte de África se estaba librando una gran batalla, las tropas de Alemania que estaban bajo las órdenes del Mariscal Rommel, este hombre era un tremendo estratega, un militar muy hábil y era muy respetado por las tropas de Adolfo Hittler, como adversarios las tropas aliadas, estaba el Mariscal Montgomery, quien era un inglés de una gran escuela militar; los dos contendores estaban luchando por el dominio de la parte norte de África.

Se cuenta que un periodista quiso ir a entrevistar al Mariscal Montgomery, este Mariscal se movía en una casa rodante, que era su cuartel general, el periodista que entró a esa casa rodante para entrevistar al mariscal de las fuerzas aliadas, quedó asombrado cuando entró y vio en el recibidor de la casa rodante la foto en gigante de su contrincante del ejército alemán el Mariscal Rommel.

El periodista le preguntó al Mariscal Montgomery, mariscal ¿Cómo es que usted tiene en el recibidor de su casa la foto de su archienemigo, el Mariscal Rommel?

Montgomery, muy flemático por cierto le dijo al periodista: Todos los días yo observo ese cuadro y lo estudio minuciosamente, veo el contorno de sus facciones, su mandíbula, sus ojos y trato de entender, leer y releer a este que es mi enemigo, porque quiero conocer a mi enemigo, como todo contendor tiene que conocerlo.

Es tremendo como pensaba este hombre de guerra, la sagacidad, agudeza de este mariscal inglés; yo he escuchado de boca de militares de alto rango que en una batalla, lo primero es conocerse a uno mismo, para saber con cuanto cuenta; en segundo lugar conocer bien al enemigo, en tercer lugar: conocer las condiciones del campo de batalla y muchas veces nosotros los cristianos, estamos embarcados en una gran batalla espiritual y no entendemos que esta lucha es la pugna entre el reino de los cielos y los dominios de este siglo que están en las manos del diablo.

Yo tengo la base de lo que acabo de decir en la Palabra de Dios, abundan textos para respaldarlo; el tema que estamos tratando en estas semanas es el Discípulo. Un discípulo es por fuerza una persona disciplinada y una persona disciplinada se constituye en un discípulo, puede ser de otra persona, de un credo, de una filosofía, a la cual se somete; lo cierto es que estamos metidos en una guerra y lamentablemente creo, que no estamos muy conscientes de esto.

No sabemos la dimensión de nuestro enemigo, ¿cuáles son nuestros recursos y adonde nos dirigimos?, la vida se termina y queremos saber cómo vamos a culminar; es más importante saber cómo se termina, que como se comienza.

 

LA BATALLA DEL DISCÍPULO

Nuestro tema de hoy es “la batalla del discípulo”; primeramente tenemos que identificar a nuestros enemigos; por favor leamos Romanos 7:15, 19,20,24: Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. V.15 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago V.19 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí V.20 !!Miserable de mí!! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?

Pablo está identificando al primero de nuestros enemigos, esa vida vana que hemos recibido de herencia, es la predisposición de hacer siempre, lo que no tenemos que hacer; hacer el mal nos sale con facilidad, mentir, codiciar, etc. etc.

El hacer el bien siempre requiere de un poco más de ánimo, voy a decir la verdad, aunque me cueste; voy a hacer esta transacción comercial decentemente, aunque pierda, pero hay personas que mienten toda su vida y la mentira es su estilo de vida.

 

IDENTIFICAR AL ENEMIGO. Por favor hoy queremos descubrir tres enemigos de Dios y del hombre.

  1. LA CARNE

La gratificación de uno mismo, vivir el Yo y que todo el mundo gire en torno a mí mismo, es la herencia de Adán que Pablo habla en Ro.3:23: “Por cuanto todos pecaron están destituidos”, somos una raza que ha sido destituida de la gloria de Dios.

Para muchos nos ha costado mucho sacrificio aceptarlo, el hombre de la modernidad cree que somos dueños de nuestro propio destino; la carne está destituida de la Gloria de Dios; varios personajes bíblicos van a confirmarlo: David dijo: “en pecado me concibió mi madre”, el pecado, la maldad, forma parte de mi naturaleza, toda mi vida está envuelta en el pecado, es un problema espiritual el que vive el hombre.

Tiene que ver con una naturaleza opuesta, adversa a la santidad de Dios; está orientada a la reafirmación del “Yo”.

Salomón hijo de David, el más sabio del mundo, este hombre amado de Dios, en Nehemías 3:26 dice: ¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Bien que en muchas naciones no hubo rey como él, que era amado de su Dios, y Dios lo había puesto por rey sobre todo Israel, aun a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras.

Y nosotros podemos decir ¿Cómo un hombre amado de Dios, con sabiduría de Dios?, fue vulnerable y cayó; si, porque Salomón tenía en la cabeza cosas que no llegaron al corazón. Si lo que tenemos en la cabeza no se hace carne de nuestra carne, no ayuda en nada sino estorba para nuestra vida espiritual.

 

ILUSTRACION

Si tu vida espiritual está supeditada a tu pasado, querido hermano, tendremos que romper con esta atadura, que está destruyendo tu vida; si tú nunca aprendiste a obedecer, nunca podrás dar órdenes, si tú nunca fuiste un discípulo, nunca podrás ser un maestro, si tu nunca respetaste a tu pastor, nunca te respetarán, como un siervo de Dios.

 

OTRO PERSONAJE EN EL NUEVO TESTAMENTO ES:

Pablo lo describe en la Palabra que hemos leído, en Romanos 7, Pablo dice: hay dentro de mi algo que no puedo controlar, quisiera ser diferente, conducirme en forma distinta, pensar en forma transparente y honesta, pero descubro que dentro de mi hay algo que no camina, por eso termina este pasaje con “miserable hombre de mí, quien me librara del cuerpo de esta muerte,…”

ILUSTRACION.

Cuando Pablo dice: “miserable hombre de mí, quien me librará del cuerpo de esta muerte” está hablando de algo que en este tiempo se conocía perfectamente; cuando un delincuente tenía que ser ajusticiado porque era un homicida, habían varios métodos para hacerlo, el apedreamiento, la decapitación y otros métodos, pero uno de estos métodos era amarrar su cuerpo atándolo al de su víctima, el cadáver, cara con cara, pecho con pecho, pierna con pierna, llevarlo a un valle y dejarlo allí, sin que nadie lo pueda socorrer.

Esta es la figura que Pablo está dando en este pasaje acerca de su condición espiritual,  lleva sobre si un cadáver, él está vivo pero está cargando un cadáver con él y cada minuto que pasa, va despidiendo el peor de todos los olores y el hombre se siente miserable.

Esto es parte de la batalla, estamos identificando al enemigo; amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma:1ª Pedro 2:11.

Al enemigo del cristiano verdadero, no del nominal, no de aquel cristiano que viene y pasa desapercibido, sino al que está comprometido con el Señor, esta es la Batalla que tiene que enfrentar consigo mismo; no solo identificamos al enemigo sino también:

 

IDENTIFICAR EL CAMPO DE BATALLA. Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?  Jeremías 17:9

¿Cuál es el campo de Batalla? Nuestro propio corazón, el primer enemigo la carne, la naturaleza con la cual nacimos, como diría Pedro: esa vana manera de vivir, la cual he recibido de mis padres. Hermanos, nosotros los cristianos tenemos que entender que esto forma parte de la enseñanza apostólica, esto debemos enseñarlo y predicarlo con fuerza, más en este tiempo de superficialidad, cuando tenemos predicaciones que solo buscan gratificar a los oídos.

Este es un mensaje que tiene que llegar a cada corazón, es un mensaje que tiene que hacernos reaccionar; esta naturaleza, la carne y este campo de batalla que es el corazón, no entrarán al cielo, cuando leemos Apocalipsis 21:8,27; 1Corintios 15:50, descubrimos que nada corrupto entrará en el reino de Dios.

La carne es corrupta y si yo sigo viviendo en la carne, vivo en corrupción; miremos la seriedad que hay en las escrituras, que todo lo que está escrito se va a cumplir. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. Apocalipsis 21:8.

No entrará en ella ninguna cosa inmunda o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero: Apocalipsis 21:27.

Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción: 1Corintios 15:50.

Carne ni sangre heredarán el reino de Dios, esta es la razón por la cual Juan 3 comparte el encuentro de Nicodemo con nuestro Señor. Recordemos que era un sacerdote, un religioso, hijo de la tradición judía y Jesús le va a decir a este hombre “os es necesario nacer de nuevo” hermanos la naturaleza con la cual nacemos, se va al infierno.

Usted lo escucha drástico, ¿verdad?, alguien dijo con mucho acierto: lo único que tengo que hacer para irme al infierno es , no hacer nada”, Si quiero cambiar mi rumbo tendré que usar mi corazón, mis fuerzas amando a Dios y alterare mi destino.  Mi primer enemigo es la carne. SIGUE LA PROXIMA SEMANA

 

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