EL EVANGELIO EN MARCHA
Mis hábitos como discípulo
Por: Rev. Ricardo Carrillo
INTRODUCCION
Seguimos con nuestra serie de discípulo y a lo largo de estas semanas hemos intentado comprender el significado de ser un discípulo. Uno de los temas que a lo largo del tiempo ha apasionado a los escritores y de los autores es el viaje en el tiempo, siempre hemos visto en el cine, sabemos de historias acerca de la máquina de tiempo.
Yo recuerdo hace muchos años veía una serie de televisión que se llamaba el túnel del tiempo. Hoy queremos imaginarnos que esa máquina del tiempo exista, imaginemos que nos trasladamos al tiempo de Jesús, imagina que estás en el siglo I, imagina encontrarte con Jesús, al inicio de su ministerio, escuchar su voz, hablar con él, seguirle, estar con él, imagina ser su discípulo, pasar tres años de tu vida con el maestro, ¿alguna vez lo has pensado?.
Sabes ¿cuál es el principal problema de ser discípulos de Jesús hoy?, es que pensamos que hoy todo es diferente y creemos que en el tiempo de Jesús, fue algo especial lo que ocurrió con ese grupo de 12 discípulos, sin embargo, nos olvidamos que Jesús sigue llamándonos, de la misma manera que llamó a los 12 apóstoles.
Pero hoy nos vamos a tomar la licencia de imaginarnos estar con el maestro en Galilea, caminando por las calles de la Palestina y queremos aprender cómo ser sus discípulos, como continuar con la gran comisión, saber a la luz de la Palabra de Dios, ¿cómo se conducían? ¿cuál era su conducta?
¿Qué hábitos forjó Jesús en sus discípulos en aquellos días?, entonces hay que pensar en aquellos relatos de los evangelios. Y vamos a usar la Palabra para que nos remonte a aquellos tiempos y podamos saber que estaba haciendo Jesús con aquellos que lo seguían.
CUATRO HABITOS QUE JESUS ENSEÑO A SUS DISCÍPULOS
- LOS DISCÍPULOS APRENDIERON A ESTAR CON EL MAESTRO
Por favor abramos nuestra Biblia en el evangelio de Juan capítulo 1 desde el verso 35, vemos a Juan el Bautista, ¿quién era Juan el Bautista? era un profeta, como él decía: soy la voz que proclama en el desierto, pero ¿cómo era Juan?.
Era una persona diferente si lo comparáramos con las personas de aquel entonces, fácilmente que podríamos diferenciar a Juan, él no era como cualquier persona, él era especial, el vestía diferente, él comía cosas extrañas, era un hombre que llamaba la atención como vivía.
Vivía en el desierto, pero tú no podías pasar cerca de él y no darte cuenta quien era Juan; yo no sabría decir cómo sería un Juan el Bautista hoy, ¿Cómo sería su apariencia en un mundo moderno? Tal vez sería Juan una persona llena de tatuajes, con características que sería imposible dejar de mirarle.
Allí estaba con sus vestimentas, pero predicando y llega el momento en que se encuentra con Jesús e inmediatamente reconoce que aquel era Cristo y sabe que es aquel a quien él está preparando el camino para su ministerio.
Y ustedes conocen el relato, Jesús es bautizado por Juan y Dios revela claramente que es su Hijo; Pero el relato que queremos ver hoy está inmediatamente después, un día después, de este evento del bautismo Jesús regresa allí otra vez, está con dos de sus discípulos, no dice con cuál de sus discípulos, Juan 1: 35-42. “El siguiente día otra vez estaba Juan y dos de sus discípulos 36 Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.
37 Le oyeron hablar los dos discípulos y siguieron a Jesús. 38 Y volviéndose Jesús y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras? 39 Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima, como las 4 de la tarde.
40 Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús.41 Este halló primero a su hermano Simón y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). 42 Y le trajo a Jesús y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas[a] (que quiere decir, Pedro[b]). Juan 1:35-42.
Lo que quiere enseñar este pasaje, es que Jesús estaba ensenándoles a sus discípulos a estar con él, a vivir con él, pero tenemos que notar que esto nace de los discípulos, de querer andar con él, si un discípulo no quiere caminar con su maestro, este discípulo no quiere ser discípulo; este discípulo no quiere aprender.
ILUSTRACION
En nuestros días el hombre ha creado métodos para organizar su tiempo, uno de esos métodos es la agenda, ahora hay agendas electrónicas que te facilitan las cosas y muchas veces nosotros los discípulos de Jesús, hemos reducido el estar con Jesús, a cortos periodos de tiempo, esos periodos de tiempo quizás los tenemos en las mañanas, en el tiempo devocional con el Señor, esto es muy bueno, pero no es suficiente.
Mis hermanos algunas veces dejamos de hacer lo importante, por lo necesario, este es el problema que tenemos en la modernidad. Sabe mi hermano, nosotros también podemos disfrutar de esta bendición de andar con Jesús, como lo hacían sus discípulos, lamentablemente las preocupaciones y los afanes de este mundo, van quitando nuestra atención al maestro, al maestro que quiere caminar contigo, el maestro que quiere caminar a tu lado.
Recuerdas en la barca, de repente se desata una tempestad y en medio de esta tempestad los discípulos comienzan a desesperarse, creen que se van a ahogar, ¿Quién estaba en la barca con ellos? Jesús, el estaba durmiendo, en medio del miedo que había cautivado sus corazones despiertan a Jesús, ¡Señor, Señor nos ahogamos sálvanos!, y que hace el Señor, calma la tempestad, pero antes les reprende por su poca fe; muchas veces nos olvidamos, quien camina con nosotros.
EN EL CAMINO A EMAUS
Hay otro pasaje que nos muestra dos discípulos, Jesús había sido ya crucificado afuera de Jerusalén, y dos discípulos empiezan un viaje de 11. 5 Kilómetros hacia un pueblo llamado Emaus, y a lo largo del camino, alguien empieza a acompañarle y estos discípulos comienzan a caminar con este extraño que los acompaña y empiezan a hablar de Jesús, hablan de la historia, sobre la resurrección de Jesucristo, la tumba vacía.
Este acompañante les dice: que esos acontecimientos estaban escritos y que Cristo tenía que morir y los discípulos quedan apasionados con la conversación que tienen con esta persona y lo invitan a quedarse a comer con ellos y allí cuando están disfrutando de la comunión, parte el pan y en ese momento en que parte el pan, ellos se dan cuenta con quien estaban, era Jesús, caminando con ellos, era Jesús estaba con ellos, las 8 millas de camino y no se habían dado cuenta.
Mis hermanos, cuantas veces nosotros actuamos como los discípulos de Emaus, caminamos por esta vida, aun hablando de Jesús, pero no nos damos cuenta que el camina con nosotros, no nos damos cuenta que él está a nuestro lado, por eso tenemos que recordar lo que el Señor dijo en Mateo 28:20 Jesús dijo: “…he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo, amén”.
QUE PROMESA, PERO TAMBIÉN QUE TREMENDA REALIDAD
Jesús quiere que tu aprendas a caminar con él, él quiere que entiendas que lo que más quiere es tener comunión contigo, muchas veces andamos tan ocupados en nuestras cosas, que consideramos a Jesús como un compañero inoportuno simplemente lo ignoramos o en el momento de la dificultad, nos olvidamos que está a nuestro lado.
Los discípulos aprendieron a estar con el Señor, si retrocedemos en el tiempo, nos daríamos cuenta que estar con Jesús era una de las cosas que los discípulos habían aprendido, esta comunión íntima con él que nosotros también podemos disfrutar hoy.
¿CÓMO PUEDO APRENDER A ESTAR CON JESÚS HOY?
Recuerda que Él está presente siempre hasta el fin, busca un tiempo en el día para profundizar tu relación con Él. En este pasaje que acabamos de relatar, ¿Cuándo se dieron cuenta de la presencia de Jesús? Cuando partieron el pan y el partir el pan es un símbolo de comunión.
Por eso es importante que nosotros como discípulos, busquemos tiempos para estar con Dios, porque en esos momentos de intimidad, es que podemos ser conscientes de la presencia de nuestro maestro, de nuestro Señor y esos momentos a solas con Dios luego se van a mantener durante el día y nos va y ayudar a comprender que Jesús camina con nosotros.
No es solo un instante que estamos con Jesús, sino que él camina con nosotros; lo que primero enseñó Jesús a sus discípulos fue: a estar con Él, tener una comunión con él, recordar que él está contigo hasta el fin.
Sigue la próxima semana
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