El discípulo restaurado

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Scene 07/53 Exterior Galilee Riverside; Jesus (DIOGO MORCALDO) is going to die and tells Peter (DARWIN SHAW) and the other disciples this not the end.

EL EVANGELIO EN MARCHA

El discípulo restaurado

Por: Rev. Ricardo Carrillo

 

PEDRO ADMITE QUE FRACASA

 

Scene 07/53 Exterior Galilee Riverside; Jesus (DIOGO MORCALDO) is going to die and tells Peter (DARWIN SHAW) and the other disciples this not the end.

Pedro siente que fracasa y lo admite en su interior, pero se queda sin reaccionar, es decir está diciendo: “soy un fracasado”. Tenemos que tener cuidado con esto, no podemos confundir: Tener un fracaso en la vida, con ser un fracasado, son dos cosas diferentes.

Pedro a pesar de que llora amargamente por haber negado al Señor, retorna para estar con sus compañeros, pero ya no era como antes, pero está en el aposento alto, corre a la tumba de Jesús, no se aleja de los discípulos, va a Galilea pero no asume la restauración.

¿Qué es lo primero que hace en Galilea? Vuelve a la pesca, vuelve a lo de antes, es como si volviera a comenzar, sin considerar la primera parte de su vida en donde incluía su llamado.

 

BORRÓN Y CUENTA NUEVA

Nuestro Señor le tiene que repetir la historia desde el principio, la misma respuesta ¡no pesque nada! y Jesús le tiene que volver a mostrar su señorío y lo llama, ¿Por qué?,  porque ve al discípulo atracado en su vida, paralizado que no arranca y solo ha puesto el retroceso a dos años atrás, cuando comenzó su aventura con Jesús.

Jesús se acerca, Pedro tiene el corazón dolido y le muestra que Jesús sigue siendo el Señor y que sin él  o con él, Jesús cumpliría su propósito en la tierra, pero le muestra el amor de Dios para su vida y le dice que alejado de Él, nada puede hacer.

Repite también la pesca milagrosa, luego lo llama a Pedro y habla con él y le pregunta: “¿Simón hijo de Jonás, me amas?” es decir se había terminado la relación, ¿Acaso no hubo un vínculo de sincero amor, entre el Señor y el discípulo?

El Señor lo vuelve a llamar a Simón, todavía lo llama Simón; es un cabeza dura y Jesús le está hablando al cabeza dura, Simón hijo de Jonás, le está recordando a sus padres, a sus ancestros, ¿me amas? porque si tú me amas podemos arreglar esto, Jesús le repite por tercera vez, Simón hijo de Jonás ¿me amas?.

La Biblia dice que Pedro se entristeció porque Jesús se lo preguntó por tercera vez y le responde a Jesús: Señor tú lo sabes todo, tu sabes que te amo y aquí Simón le dice a Jesús Señor, está volviendo al reconocimiento del señorío de Cristo, se está volviendo a ubicar; repite la misma escena del principio, pero Jesús tuvo que ir y sacudirlo a Pedro.

 

DIOS QUIERE LEVANTARTE

Mi hermano no pretendas que el Señor te sacuda, no pretendas que el Señor te encuentre allí llorando sobre tu propio fracaso, Dios es el padre amoroso, que te ha visto caer, él quiere levantarte, pero es necesario acercarnos a Él para que nos levante.

Jesús invita a Pedro a retomar el proceso para ser Discípulo y para pasar a la siguiente etapa; tenemos que recordar que la primera etapa ¿Para qué Jesús los llamo a los discípulos? para que estén con El, esta era la primera etapa y la segunda era para enviarlos a predicar y esta es la etapa a la que Pedro tenía que pasar.

Pedro apacienta mis ovejas, apacienta mis corderos, esa es la tarea que yo tengo para ti; Jesús lo está restaurando en el proceso de ser discípulo, lo está restaurando en el ministerio y en el servicio.

Hermano considera esto, en un poco más de 50 días, Jesús restauró a Pedro, es reconocer que Dios trabaja con pecadores, pero cuando reconocemos esto tenemos que tener presente lo que dice 1ª Juan 1:9: Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Y esto debe ser una constante en nuestras vidas, vamos a caminar con Cristo y en El tropezamos, caemos, pecamos, pero debemos tener esa versatilidad, esa rapidez de enfrentarme al Señor y decirle, ¡Señor, acá yo he fracasado, pero necesito ir un poco más adelante, el vaso puede romperse en las manos del alfarero y si se rompe, el alfarero lo hace de nuevo.

Como el libro de Jeremías, se rompe el vaso, pero el alfarero lo vuelve a hacer; por lo tanto, esto es clave en el proceso de discípulo; saber manejar nuestra vida espiritual con rapidez, no dejar que las cosas se estanquen y estanquen tu vida; ni por falta de confesión como en el caso de David o en una frustración profunda como en el caso de Pedro.

Uno tiene que actuar lo más rápido posible, frente al fracaso, frente al pecado, frente al tropiezo; es necesario actuar rápidamente, para retomar el lugar que Dios nos ha reservado y podemos seguir adelante.

 

¿COMO TERMINA EL DIALOGO DE JESUS CON PEDRO?

Apacienta mis corderos, ven sígueme, el discípulo continúa en el proceso, ustedes tienen que recordar que al principio, Jesús también le dijo que lo siguiera y ahora le dice vamos a continuar con esto y llegamos entonces  a Pentecostés.

En Pentecostés es el nacimiento de la iglesia, se cumple la promesa del Espíritu Santo y bajan Pedro y los discípulos a predicar al pueblo, cumpliendo el mandato de Jesús.

 

EL SEÑOR LE HIZO UNA PROMESA A PEDRO

Y le dijo: a ti te daré las llaves del reino de los cielos; lo que Jesús estaba diciendo, que Pedro tendría las llaves; la primera llave era que Pedro abriría las puertas del reino de los cielos con la predicación del evangelio a los judíos, Pedro fue el primero en compartir a los judíos.

La segunda llave es la predicación del evangelio por primera vez a los gentiles, cuando Pedro comparte en la casa de Cornelio, el centurión romano; cuando vemos a Pedro predicando con tal denuedo, tanto en el pentecostés como en la casa de Cornelio, uno puede decir, bueno, este hombre ha llegado a la meta, ya está en el servicio, ya aprendió y cuando lo vemos un poco más adelante enfrentando a las autoridades, al sanedrín, desafiando a los que habían crucificado a Jesús, se acerca al sanedrín y los enfrenta y no acepta ni siquiera la prohibición que le dan de predicar el evangelio y Pedro les dice con toda autoridad: es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.

Uno dice: este es el tipo de discípulo que Dios quiere, este es el hombre que Dios quiere; Dios no quiere ese discípulo que tiembla frente a los empleados del sumo sacerdote, ni frente a la portera cuando responde: ¡No lo conozco! sino al que enfrenta a las autoridades y que se niega dejar de predicar; más bien les responde diciendo, yo lo seguiré haciendo y les dice a las autoridades que Dios está encima de ellos.

 

ALCANZAR LA META

Aquí pareciera que Pedro ya alcanzó la meta, porque es  otra persona, porque ya no tiene miedo, pero realmente no ha llegado a la meta; Pedro todavía tiene muchas cosas que aprender, ¿Por qué? Porque todavía  tiene muchos prejuicios; Jesús le dijo id y predicar el evangelio a toda criatura y Pedro no predica a toda criatura, solo predica a los judíos, él tiene prejuicios contra los gentiles, contra los paganos y el Señor va a trabajar todavía con los prejuicios de Él.

Y en Jope el Señor le muestra una visión a Pedro de un lienzo que bajaba del cielo, con animales inmundos, el necesita esta visión, entonces la voz del cielo le dice: mata y come y Pedro le contesta, no Señor no puedo comer, porque ningún animal inmundo he metido a mi boca, toda la enseñanza  del judaísmo está metida en su cabeza; Pedro no se da cuenta que Dios ha limpiado todas las cosas y lo tiene que reprender una voz desde el cielo que le dice: Lo que Dios ha limpiado no lo llames inmundo.

Es entonces que Pedro va a Cesárea, va a buscar a Cornelio el Centurión; Pedro por primera vez en su vida va a poner el pie en una ciudad pagana; los judíos consideraban inmunda a Cesárea.

En Cesárea había una estatua gigante del César, que en la actualidad quedan los pies, de esa estatua que era adorada como Dios. Los judíos sentían que se contaminaban si es que entraban a esta ciudad, pero resulta que Pedro tiene que entrar a esta ciudad, siguiendo las órdenes del Señor, para llegar a Cornelio.

Y cuando llega Pedro ya había roto algunos de sus prejuicios y Pedro dice: Pero el Señor me enseñó esto y podemos decir hasta aquí: que a ¡Pedro le faltaba!, el pan todavía no estaba horneado del todo, le faltaba.

Cuando Pedro le predica a los gentiles, Pedro se pregunta, ¿y si los gentiles se convierten?, entonces Dios le manda una señal, como para que Pedro venza todos sus prejuicios. De pronto el Espíritu Santo desciende como en pentecostés y Pedro se queda sorprendido y dice: Aquí está pasando lo mismo que en Pentecostés, entonces hay que bautizarlos y los bautiza y cuando llegó a Jerusalén, los judíos cristianos le llaman la atención.

 

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