EL EVANGELIO EN MARCHA
Las pruebas y los exámenes del discípulo
Por: Rev. Ricardo Carrillo
LECTURA BIBLICA: Mateo 16:13-23
Viniendo Jesús a la región de Cesárea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.15 El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro,[a] y sobre esta roca[b] edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.20 Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo. 21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. 23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro !Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
INTRODUCCION
Estamos tratando de saber cómo evoluciona la relación del discípulo con el Señor y vamos a ir poco a poco reuniendo información que nos proporcione una luz clara a cerca de lo que significa ser discípulo y como se conduce nuestra relación con Jesús.
El título de este tema es las pruebas y los exámenes del creyente, pero no se refiere a las pruebas o tentaciones que puede atravesar el discípulo, sino algo así como pruebas que nosotros hemos cursado en la escuela.
A muchos les espanta las pruebas y los exámenes de la universidad, todos tienen que rendir un examen, una prueba y este es un instrumento que utiliza el Maestro, es un indicador para saber si el alumno ha aprendido.
Siempre se dan pruebas, generalmente durante el año, hay varias pruebas y un examen final, rendimos pruebas de teoría y pruebas de práctica.
En este pasaje Bíblico que queremos presentar, veremos un examen que el Señor le toma a sus discípulos. Esto aconteció más o menos dos años y medio después del ministerio de Jesús, es decir le faltan seis meses para ir a la cruz; estas cronologías no son exactas, solo un aproximado y Jesús los congrega en Cesárea de Filipo, que está al norte de Israel, en las fuentes donde nace el rio Jordán, al pie del Monte Hermon.
Es un paisaje bellísimo, es un pasaje solitario, pero en ese paisaje monumental, Jesús se reúne con sus discípulos allí; ya han estado juntos un largo camino con Jesús, ellos escucharon las enseñanzas del Señor, observaron las controversias religiosas que tenía Jesús, todas las cosas que vivió Jesús, los milagros y van a dar una prueba, un examen, no es el examen final, es el examen de medio curso, es el examen para ver cómo hemos llegado hasta aquí.
¿QUIÉN DICEN LOS HOMBRES QUE SOY YO?
Y comienza con una pregunta trivial que les hace Jesús, ¿Quién dicen los hombres que soy yo?, ¿Cuáles son los comentarios a cerca de mí?, ¿qué es lo que la gente piensa? y entonces ellos tomaron de lo que la gente decía, y le decían a Jesús: Algunos dicen que eres Elías; Elías era el profeta emblemático de la antigüedad y los religiosos decían que volvería nuevamente, por las profecías que habían.
Otros decían que era Juan el Bautista, que había sido ejecutado por Herodes, pero había una corriente que decía que Juan el Bautista había revivido y que Jesús era Elías resucitado.
Otros decían que era Jeremías, el profeta que enfrentó a la religión y enfrentó a los poderosos; en cada uno de estos nombres se trataba de captar algunos aspectos de Jesús. Algunos decían, es igual a Elías, no es igual a Jeremías, es igual a Juan el Bautista.
Entonces Jesús lanza la pregunta del examen, ya no necesitaba saber lo que las personas dicen de El, sino la pregunta era: ¿Y Vosotros quien decís que soy yo? Ya no está pidiendo la información externa, está pidiendo una evaluación personal, que ellos hablen desde su convicción personal, quien creían que era Jesús.
Hermanos queridos esta es una pregunta fundamental, para que ellos tengan un criterio propio, que analicen la situación y que puedan sacar sus conclusiones al margen de lo que diga la gente. Que sepan discernir por sí mismos, la Palabra de Dios habla del discernimiento.
¿QUÉ ES EL DISCERNIMIENTO?
Es reconocer las diferencias y saber evaluarlas, Dios pedía discernimiento al sacerdote, en el libro de Levítico se le dice a Aarón: Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo será para vuestras generaciones, para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio: Levítico 10:9-10.
Es decir no podían tomar ninguna bebida que le quite la lucidez, tienen que estar lucidos, porque tienen que ver la diferencia entre lo que es santo y lo que es profano, entre lo que es limpio y lo que es contaminado, tienen que tener esa capacidad, le estaban diciendo, tienen ustedes que ser responsables de sus actos y poder diferenciar las cosas.
Discernir es un ejercicio mental, que implica diferenciar lo verdadero y lo falso, lo justo de lo que es injusto, lo santo de lo pecaminoso, la sabiduría de la ignorancia, el bien del mal, eso es el discernimiento, es la capacidad para ver la diferencia entre esas cosas y para eso, se tiene que desnudar de las apariencias, es decir hay que llegar a lo esencial y verdadero.
Lo primero que les planteó Jesús es: ¿Quién dicen los hombres que yo soy? Porque esto habla de las personas que se llevan por las apariencias, la gente que opinaba de Jesús lo hacía por la apariencia; Jesús analiza para ver, si sus discípulos solo se quedaron con la parte de afuera o si lograron penetrar en lo esencial.
En el misterio de Jesús, luego de escuchar sus enseñanzas, de convivir con él, de ver el poder que él tenía sobre la vida, sobre la muerte, sobre la naturaleza, sobre los demonios, ¿qué conclusiones sacaron?.
Jesús está tratando de que sus discípulos sean seres pensantes, un discípulo no es el que repite lo que la gente dice, ni solo cree, lo que los otros creen, un discípulo de Jesús tiene que tener discernimiento, tiene que pensar por sí mismo, tiene que saber analizar la realidad, no se puede dejar llevar por lo que dicen otros.
Un discípulo de Jesús no se puede dejar llevar por las modas, por los sentimientos, es decir debe saber discernir la realidad que está viviendo, Jesús los iba a mandar al mundo y los discípulos van a tener encuentros con diferentes opiniones.
Todos nosotros estamos en el mundo y chocamos con fuerzas, contra opiniones, contra ideas, contra ideologías.
EL DISCIPULO DE JESUS TIENE QUE TENER DISCERNIMIENTO
Lo que Jesús dice, el discípulo debe pensar por sí mismo, pero tiene que pensar sobre la base de ¿quién soy yo? y ¿cuál es la tarea que yo le es he encomendado? Los discípulos habían estado dos años y medio con Jesús, ya tenían que tener un criterio propio, saber a ¿quién estaban siguiendo, saber porqué lo estaban siguiendo y saber hacia dónde estaban caminando?
Y esto era muy importante que el discípulo supiera: ¿a quién está siguiendo? Que lo conozca, el discípulo tiene que conocer a su pastor, a Cristo, pero también tiene que conocer a su pastor de la iglesia local y el pastor no tiene que estar detrás del discípulo, sino el discípulo debe mostrar interés en aprender y seguir al pastor, eso es lo Bíblico.
Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos: Lucas 11:1
¿Porque lo está siguiendo? la razón porque lo sigue ¿a dónde lo está siguiendo? qué destino tienen; muchos cristianos tienen la fe del carbonero.
LA FE DEL CARBONERO
Es una fábula y dice que un día el diablo se disfrazó de catedrático y fue a tentar a un carbonero y para tentarlo le preguntó ¿qué es lo que tú crees? Indudablemente lo que quería el diablo en la fábula, era entrar en una controversia con el carbonero, ¿qué es lo que tú crees? y el carbonero le responde: “Yo creo en lo cree mi iglesia” y Satanás le dice y ¿qué es lo que cree tu iglesia? Es lo mismo que creo yo.”
Hay gente que tiene esa fe, ¿no es cierto?, la fe del carbonero, ¿qué cree usted? yo creo lo que todos creen, lo que la iglesia cree y la iglesia cree lo mismo que creo yo.
Esto es la fe sin conocimiento, no tiene fundamento, entonces esta fe no tiene consistencia, nadie le puede negar su condición de fe, pero no tiene consistencia, entonces es muy fácil caer en el fanatismo religioso y es muy fácil caer en el fundamentalismo religioso.
Y ustedes saben lo tremendo que es el fanatismo religioso y el fundamentalismo religioso y se cae en estos extremos, cuando uno tiene una fe sin conocimiento, cuando esa fe no tiene fundamento sólido.
Hermanos queridos: esa fe puede ser fácilmente destruida, entonces aparece el fundamentalista que no es exactamente un hombre convencido, es un hombre fanatizado con una idea y que tiene miedo de confrontarlas con otras ideas. Por eso se encierra en sí mismo, un discípulo del Señor tiene que saber qué es lo que cree, por qué lo cree y en que se basa lo que cree, por eso Jesús les hace esta pregunta ¿quién piensan ustedes que soy yo? Jesús quiere saber cómo piensan sus discípulos, que es lo que tienen en sus propias mentes.
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