EL EVANGELIO EN MARCHA- PERLAS DEL ALMA
Las Siete Palabras
Por: Francisco Aular (faular @hotmail.com)
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. Juan 19: 28 (RV60)
Las 7 Palabras de JESÚS desde la Cruz: Primera Palabra: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).
Segunda Palabra: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso” (Lucas 23:43). Tercera Palabra: “Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí a tu madre.” (Juan 19:26, 27).
Cuarta Palabra: “Eli, Eli ¿lama sabactani? Esto es: ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46; Marcos 15:34). Quinta Palabra: “Tengo sed” (Juan 19:28).
Sexta Palabra: “Consumado es” (Juan 19:30). Séptima Palabra: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu (Lucas 23:46).
PALABRA DE LA IDENTIFICACIÓN TOTAL
La quinta Palabra es: “Tengo sed” fue una palabra de identificación, pues JESÚS se estaba identificando totalmente con la humanidad perdida. Es cierto que JESÚS padecería sed física a causa de la tremenda deshidratación producida por tantas horas de torturas y de sufrimientos. Decía San Agustín que JESÚS tuvo sed, pero no solo la física, sino también espiritual. “Tiene sed de que se tenga sed de Él”… En realidad fue esa sed por la salvación del ser humano que nos pueden explicar al Dios que derribó las barreras, al Dios Señor y Salvador comprensivo, al Dios que continúa teniendo sed porque los hombres y mujeres lo conozcan, y se rindan a Él.
JESÚS derribó las barreras que nos separaban de Dios: Su santidad perfecta, el pecado de ser humano y la muerte espiritual. En efecto, JESÚS satisfizo la santidad de Dios; Juan escribe: “Mis queridos hijos, les escribo estas cosas, para que no pequen; pero si alguno peca, tenemos un abogado que defiende nuestro caso ante el Padre. Es Jesucristo, el que es verdaderamente justo. Él mismo es el sacrificio que pagó por nuestros pecados, y no sólo los nuestros sino también los de todo el mundo” (1 Juan 2:2; NTV). Otra barrera que la sed por los pecadores JESÚS derribó fue el destrono de la naturaleza pecaminosa del ser humano que lo mantenía en rebelión con Dios, escribió Pablo: “quien quiere que todos se salven y lleguen a conocer la verdad.
Pues hay sólo un Dios y sólo un Mediador que puede reconciliar a la humanidad con Dios, y es el hombre Cristo Jesús. Él dio su vida para comprarles la libertad a todos. Éste es el mensaje que Dios le dio al mundo justo en el momento preciso.” (1 Timoteo 2:4-6). Sí, JESÚS nos reconcilió con Dios. Otra barrera derribada es nuestra muerte espiritual. Todo ser humano después de la desobediencia de Adán y Eva nace, “muerto en sus delitos y pecados” ¡Está eternamente perdido a no ser que alguien muriera y pagara por sus pecados! JESÚS murió en nuestro lugar: “Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 6:23 NTV).
Identificación por lo cual Él es mío y yo, soy de Él ¡Qué identificación total cuando al Dios al cual servimos tiene sed de nosotros!
Ahora nosotros debemos tener sed de Él, como lo dice el Salmo 42:1,2 “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?”… ¡Que el Señor produzca en nosotros sed de Él y sed por un mundo que lo conozca y venga a Él! ¡Ese nuestro único propósito de porqué estamos en esta tierra todavía!
PERLA DE HOY: Las Siete Palabras de JESÚS en la cruz expresan el propósito de Su muerte en nuestro lugar.