La superioridad del amor

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(1ª CORINTIOS 13)

Por: Rev. Julio Ruiz

INTRODUCCIÓN:Hay muchos textos en la Biblia que hablan del amor, pero 1 Corintios 13 es como el “sumacunlaude” de todos. Es lo máximo que se haya escrito sobre este tema. A este capítulo lo han llamado “El Himno del Amor” con lo que se hace honor a su contenido. Dos grandes pensadores cristianos lo han definido así: G. Campbell Morgan dijo que examinar este capítulo es como diseccionar una flor para entenderla. Si las rasgas mucho, pierdes la belleza. Alan Redpath dijo que uno ¡podría conseguir un bronceado espiritual del calor de este capítulo! Estamos, pues, en presencia de algo majestuoso en las Escrituras, incertado en medio de dos capítulos donde el tema predominante es acerca de los dones espirituales. Lo primero que llama la atención es que sea Pablo, y no Juan a quien se le conoce como el apóstol del amor, que lo escriba. Los corintios habían sido dotados de muchos   dones espirituales, más que cualquier otra iglesia a la que Pablo haga referencia. Pero ellos habían hecho de los dones espirituales su propia exaltación, trayendo como resultado que tenían problemas de división, y por darles más importancia a unos que a otros habían caído en errores de interpretación y de confusión. De esta manera, la presencia de este capítulo 13 es dado, no solo para corregir la desviación de la iglesia en cuanto a temas doctrinales y prácticos, sino para fijar en la mente de los creyentes que, cualquier cosa que sea hecha en la vida personal y en la iglesia no tendrá ningún valor si no se hace bajo el ungüento del amor. Por cierto, que la palabra para “amor” en este pasaje es “ágape”, la palabra que define el amor de Dios, las otras son “eros”, el amor sensual y “fileo” el amor fraternal. Así, pues, el amor auténtico, el que permanecerá para siempre, es el amor “ápate”; el bendito y único amor del cielo. Pablo ha dicho que nos mostraría un camino más excelente, ese camino tiene que ver con este amor. Consideremos la superioridad de este amor.

ES SUPERIOR A MI EXPERIENCIA EMOCIONAL

1.  Hablar en un idioma sin conocerlo v. 1. En el capítulo 12 y en el 14 de esta carta, Pablo sigue hablando de los dones espirituales. Y si bien es cierto que el don de lengua del que hace referencia lo ubica como el menos importante, cuando habla de la supremacía del amor por encima de esta experiencia emocional, concentrada en el recinto de las emociones, no deja de tener una gran importancia. El elemento que añada al don de hablar en “lenguas humanas” es la “lenguas angelicales”, lo que tuvo que ser una experiencia simplemente inenarrable. La “glosolalia” es la ciencia que determina el hablar en nuevos idiomas de lo cual Pablo fue un gran dotado. Y al incluir el asunto de las “lenguas angélicas” tuvo que ser la experiencia más sublime a la que el ser humano haya tenido acceso. El hablar el idioma de los ángeles es un privilegio dado a unos pocos y al parecer Pablo fue uno de ellos. Cuando él fue llevado hasta el tercer cielo nos dijo que estando allí oyó cosas tan increíbles que no pueden expresarse con palabras, tanto que a ningún humano se le permite contar (2 Cor. 12:4 NTV). Esto tiene que ser lo máximo como una experiencia emocional. Será por esto por lo que hay muchos que desean tanto hablar en ese idioma.  Pero ¿dónde está la falla?

2. Hablarlo sin amor v. 1b. Al parecer los corintios estaban enamorados de los dones espirituales. Pero la novedad de hablar en otros idiomas los estaba llevando al pecado de la presunción y la arrogancia. Cuando Pablo introduce esta cláusula condicional nos estaba revelando que es aquí donde todo, o es glorioso y sublime, o donde todo no significa nada. Porque al final la elocuencia más grandiosa, aun la que produce la experiencia celestial sobre la humana sin amor, no significa absolutamente nada. En todo este texto el condicional “sin amor” pone a prueba mi actitud frente al uso que le doy a los dones espirituales. Me confronta sobre las verdaderas motivaciones al usar estas gracias divinas. En el uso de mis dones espirituales como parte del servicio que presto al Señor a través de su iglesia demanda que lo haga en amor.

3. Hacer ruido y nada más v. 1c. Este primer versículo es muy revelador por la manera cómo Pablo plantea los hechos y compara el uso de estos espectaculares dones sin amor con algo vacío, hueco y sin ningún valor. La figura del metal que resuena y el címbalo que retiñe es una referencia directa a aquellos instrumentos que se empleaban en los templos paganos. Según el trasfondo de estas prácticas, el toque de estos artefactos tenía como finalidad llamar la atención del dios o por otro lado ahuyentar a los demonios. Se cree que tales instrumentos eran usados para intensificar las emociones en los adoradores idólatras. Por lo tanto, la idea de Pablo es hacerles ver a los corintios que lo que para ellos parecía la experiencia más sublime, con la que se supone están adorando a Dios, al hacerlo sin la virtud del amor sería como tocar en el más vulgar de los cultos paganos.

ES SUPERIOR A MI ELOCUENCIA INTELECTUAL

1. Hablando profecías sin amor v. 2.  El don de profecía tiene que ver con “anunciar o declarar” los propósitos de la voluntad divina con el único objetivo de poner en la vida del pueblo de Dios su verdad revelada. En efecto, el don de profecía se entiende como el proclamar la palabra recibida de Dios. Esto sería lo que ahora llamamos la predicación de la palabra. Los pastores, evangelistas, misioneros y todos aquellos que proclamamos la verdad tenemos que usar este don. De esta manera también se aclara que este don más que predecir el futuro como lo hicieron los profetas del AT y algunos del NT, ahora se conoce por aquellos que proclaman en el evangelio. Por cierto, resulta interesante anotar que Pablo le dio más importancia a este don que al de hablar en lenguas, porque este don apunta más a alcanzar al perdido, mientras que el otro es para la edificación del creyente. Por lo tanto, y debido a la importancia que esto tiene por ser un don que tiene que ver con la elocuencia, si no está ungido con el amor, tampoco sirve para nada. Pudiera haber predicaciones vacías por la falta del amor. El amor será siempre el filtro de lo que predico.

2. Entendiendo los misterios sin amor v. 2b.  Pablo era el hombre que poseía casi la totalidad de todos los dones que está enumerando en esta primera parte del texto. Él dijo que nadie habló más lenguas que él, nadie profetizó más que él y ahora habla que nadie entendió mejor los misterios y la ciencia como él. De hecho, en 1 Corintios 2:6-16 él habla de esos misterios. Siempre he considerado que Pablo es el más grande interprete de las Escrituras y especialmente de los llamados misterios divinos. Pero él mismo, hablando de este tema, nos dice que, si ese conocimiento no está sustentado por el amor, tampoco sirve: “El conocimiento envanece, pero el amor edifica” (1 Cor. 8:1-16).

ES SUPERIOR A MI SACRIFICIO PERSONAL

1. Hacer buenas obras sin amor v. 3. Ahora Pablo nos habla de un don que mucha gente no lo tiene, el de la generosidad. Observe que las dos cosas que caracteriza este don: Repartir mis bienes y dar de comer a los pobres. Esto sería como tener el más grande desprendimiento del que se tenga conocimiento. En el tiempo de Pablo hubo hombres que tenían este don. Uno de los casos más notorios fue el de Bernabé, el llamado “hijo de consolación”. Él tenía este don del que Pablo nos habla. Vendió su propiedad y la trajo a los pies de los apóstoles para que ellos pudieran dar de comida a los pobres. Sin embargo, quien no tuvo ese don fue el joven rico, pues al ser increpado por el Señor de vender lo que tenía y darlo a los pobres, el texto nos dice que se fue triste porque tenía muchas riquezas (Mt. 19:22).

2. Entregar mi cuerpo para ser quemado sin amor v. 3b. Esta última consideración de Pablo para hablarnos de la superioridad del amor pudiéramos decir que es el extremo de un sacrificio personal. La alusión del apóstol sería a los sacrificios de los mártires. Se nos dice por la historia que Nerón alumbraba las afuera de su palacio con antorchas humanas, la mayoría de ellos cristianos que preferían ofrendar sus cuerpos en la pira que negar a Jesucristo como el Señor. Un precedente de esto lo tenemos con los amigos de Daniel que prefirieron ser lanzados en un horno de fuego, antes de adorar la estatua que el rey había levantado con ese propósito.

CONCLUSIÓN:  Hay dos frases distintivas de este capítulo que nos revelan por qué el amor tiene una supremacía sobre las demás virtudes. Una de ella nos dice: “El amor nunca de ser”. En efecto, cómo vemos esto. Piense, por ejemplo, que el dinero se acaba y al final no te da la felicidad. Que la fama se acaba y al final tampoco te da la satisfacción. Piense cuántos terminan con sus vidas aun el tope de su “grandeza”. Si el amor no es lo que domina todas mis acciones, nada soy. La otra frase que hace grande el amor de este pasaje es cuando termina diciendo que, sin bien es cierto que la fe y la esperanza son importantes, “el mayor de ellos es el amor”. Lo que dijo Napoleón Bonaparte respecto a su supremacía y la del amor de 1 Corintios 13, encarnado en la persona de Cristo, quedó registrado con estas palabras: “Alejandro Magno, César, Carlomagno y yo fundamos grandes imperios. ¿Pero con qué impusimos la creación de nuestro genio? Con fuerza. Solamente Jesús creó Su imperio con amor, y hasta el día de hoy millones de personas están dispuestas a morir por Él”. Nada hay más grande que el amor. ¿Qué clase de amor hay en su vida?

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Julio Ruiz, es pastor de La Iglesia Bautista, Ambiente de Gracia, ubicada en 5424 Ox Rd. Fairfax Station, VA 22039 (pastorjulioruiz55@gmail.com)