WASHINGTON
La congresista Gabrielle Giffords, quien conmovió a la nación con su improbable regreso a la política después de recibir un disparo, apareció el miércoles en la Cámara de Representantes de Estados Unidos para despedirse oficialmente de su cargo.
“Me voy a recuperar y volveré”, dijo la demócrata de Arizona en una carta leída en voz alta por su amigo y colega, el representante Debbie Wasserman Schultz, quien contuvo las lágrimas mientras la leía. De inmediato, los representantes se pararon para ovacionar de pie a Giffords. Las lágrimas brotaron en los ojos de los legisladores de ambos partidos, quienes aplaudieron a Giffords cuando presentó su carta de renuncia al presidente de la Cámara, John Boehner, quien también luchó para no llorar.
La expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi llamó a Giffords “la estrella más brillante entre nosotros”. Aseguró que ella había llevado “la palabra ‘dignidad’ a nuevas alturas por su valentía”, dijo Pelosi. “Te vamos a extrañar en la Cámara de Representantes”.
Su esposo, Mark Kelly, un exastronauta, y su madre, Gloria, estaban presentes. Giffords, de 41 años, resultó gravemente herida por una bala que destrozó su cráneo el año pasado en un tiroteo en Tucson, Arizona, que dejó seis muertos, entre ellos un juez federal y una niña de nueve años.
La congresista emitió su último voto sobre un proyecto de ley que ella y el representante Jeff Flake introdujeron en un esfuerzo por acabar con el contrabando de drogas ilegales a través de la frontera con EU. La legislación fue aprobada de manera unánime.
Giffords ha sido objeto de una rehabilitación intensiva en Houston, Texas, de acuerdo con su oficina. Los fiscales acusan a Jared Lee Loughner, de 23 años, de perpetrar el ataque, que supuestamente iba dirigido a Giffords durante un acto comunitario a las puertas de un supermercado.