EL EVANGELIO EN MARCHA
MENSAJES DE ÁNIMO
¿Has sentido alguna vez que alguien te ha fallado?, creo que a todos nos ha pasado, es mas, también nos ha tocado fallarle a alguien, todos hemos experimentado ese sentimiento que provoca el fallar o sentir que alguien nos falló, la incomodidad de faltar a un acuerdo, promesa, o compromiso y el dolor que provoca el que alguien nos falte a su palabra, nos lastime con un comportamiento o nos haga sentir decepcionados son cosas dolorosas pero inevitables.
Todos estamos expuestos a cometer errores, todos somos diferentes en cuanto a pensamientos y sentimientos, y es que a pesar que somos hechos a la semejanza de Dios, no todos seguimos sus ejemplos de comportamiento, lo que nos hace a cada quien actuar de forma diferente.
Hay ocasiones de nuestra vida que nos toca enfrentar situaciones en las que a pesar de haber hecho un esfuerzo por que todo saliera bien nos llevamos una decepción, momentos difíciles en los que con o sin intención alguien nos ha fallado, promesas rotas, palabras olvidadas, acuerdos incumplidos o descuidos que han terminado por decepcionarnos y hacernos sentir que nos han fallado, tal vez en tu mente te has preguntado el motivo por el que esas personas siendo especiales para ti han actuado así.
Puede ser hoy uno de esos momentos donde la decepción se ha hecho presente en tu vida, donde tu confianza ha sido traicionada o mal correspondida, pero si hay alguien perfecto que ha visto tu situación, alguien que no ha olvidado sus promesas y tiene presente cada una de las palabras que han salido de su boca es Dios, Él sigue ahí aun cuando todos te han fallado.
Todos alguna vez en nuestra vida tomamos actitudes equivocadas, cometemos errores o sufrimos porque los cometen con nosotros, pero es que nuestra naturaleza humana algunas veces es así, nuestra imperfección nos lleva a equivocarnos, confiamos y queremos tanto a alguien que creemos que nunca nos fallará y hasta que lo hace caemos en cuenta que la perfección humana no existe. En esos casos lo que podemos hacer es perdonar y tratar de comprender a la persona que nos falló, sabiendo que el único ser perfecto es sólo Dios.
Dios no te falla, no olvida, no miente, no lastima, no se cansa, no se rinde, no abandona, no traiciona y siempre estará para ti aún en los momentos más solitarios y en los que te sientes defraudado, para demostrarte que si hay alguien en quien puedes seguir confiando es en Él.
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Sorprendido por la prueba
Los momentos difíciles de la vida, situaciones inesperadas que se nos presentan la mayoría de las veces sin siquiera imaginarlo son sin duda las que mas tristeza provocan. Puede ser que un día estabas viviendo lo que pareciera ir del todo bien, sonriente, lleno de energía, y agradecido por todo lo bueno que pasabas, pero en un abrir y cerrar de ojos, de la nada te encuentras envuelto en una situación complicada, dolorosa, algo que de repente y sin saber como llego a provocar un contraste total en lo que parecía pura felicidad, sorprendido por la prueba.
Sentimientos encontrados y dudas vienen a la mente, dolor, incertidumbre, desconfianza, tristeza, desanimo y toda clase de cosas que te roban la paz. Las personas te aconsejan y te dicen que todo estará bien, pero tu piensas que es demasiado fácil opinar desde el lugar de espectador, y sinceramente es cierto, pues a veces hay que estar exactamente en la misma situación para alcanzar a comprender a la persona que esta sufriendo, como el dicho popular de “hay que estar en los zapatos del otro”.
Es difícil tener ánimo en medio de una prueba o dificultad, pues aunque buscamos consejos y apoyo nadie sabe exactamente como nos sentimos, nadie, excepto Dios, pues es el único que sabe en que momento y por que razón pasan las cosas, a Él no se le puede ocultar nada, ningún sentimiento, ningún pensamiento, nuestro corazón esta completamente expuesto delante de Él, y lo que es mejor, no solo es un espectador más, es el único que tiene la medida de tus zapatos para ponerse en ellos, comprender lo que sientes, y brindarte su ayuda incondicional.
Y aunque no siempre encontramos un “porque” para cada situación, podemos ver el “para que” de todas ellas, las pruebas no se hicieron para hacer sufrir a nadie, se hicieron para enseñarte a ser fuerte, a saber apreciar la felicidad, creo que si no conociéramos la tristeza, no sabríamos cual es la diferencia entre ella y la alegría, puedo agregar a este escrito que mientras hoy me encuentro pasando días de dificultad, en los que no se la razón de lo que hoy pasa, se con seguridad que todo en manos de Dios tiene un propósito, y siempre un final feliz.
Mantén el ánimo en las pruebas, que si te han tomado por sorpresa, también serás sorprendido por el resultado que Dios tiene para ti. (Por: Maite Leija)