La Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (Camarasal), entregó este martes 14 de noviembre, su máximo galardón, “Palma de Oro”, a un grupo de salvadoreños, que llegaron hasta San Salvador, para recibir en reconocimiento, en representación de la diáspora cuscatleca residente en el exterior.
Este premio lo entrega Camarasal, desde 1972 como un reconocimiento a las personas naturales y jurídicas que han dejado una “huella imborrable” en el desarrollo económico, social y cultural de El Salvador.
Juan Umanzor, presidente de la Cámara de Comercio Salvadoreña Americana, junto a otros líderes empresariales y comunitarios del área metropolitana de Washington DC, recibieron la “Palma de Oro”.
“Queremos expresar nuestro sincero agradecimiento por la invitación y recibir el prestigioso premio Palma de Oro 2023. Este apreciado reconocimiento sirve como homenaje a la diáspora salvadoreña, honrando sus importantes contribuciones a las fuerzas productivas de la nación y al desarrollo general”, dijo Umanzor.
Por su parte, dirigentes de Camarasal, resaltaron y admiraron los logros alcanzados por empresarios residentes en el exterior y su espíritu emprendedor.
Jorge Hasbún, presidente de la organización, dijo “nos honramos en rendir gratitud a todos los salvadoreños en el mundo y en especial a aquellos que viven fuera de nuestro país. A nuestra diáspora salvadoreña. Sus historias de éxito, su arduo trabajo y su dedicación, les han valido para ser galardonados este día con el máximo reconocimiento empresarial de nuestro país: la Palma de Oro 2023″.
El empresario hizo referencia al crecimiento y logros alcanzados por los salvadoreños fuera de su tierra natal; quienes han aprendido otros idiomas y han roto las fronteras del lenguaje para poder triunfar.
Esta es la segunda ocasión que Camarasal entrega el galardón a un grupo de ciudadanos, después de que en 1983 otorgó la presea al “trabajador pueblo salvadoreño” durante el conflicto armado.
En 2022, las remesas familiares superaron los $7,800 millones y son el sostén para un 25 % de los hogares. El Salvador es el tercer país de América Latina que más depende de estos ingresos, con una participación de un 24 % del Producto Interno Bruto (PIB).
La diáspora en el exterior se ha interesado en los últimos años en invertir en diversos rubros en El Salvador, entre ellos la hostelería, bienes y raíces y la agricultura; aprovechando el clima de seguridad que hoy reina en el país, producto del combate a la delincuencia, por parte del actual gobierno.