EL EVANGELIO EN MARCHA
REFLEXIONES
Hoy es el día para caminar hacia sus sueños
El día que decidió construir una casa con botellas de vino vacías, familiares, amigos y conocidos creyeron que estaba loco y le instaron a desistir del proyecto. Jan Than Vanlhel no los escuchó. Sonreía al escucharles, pero nada más.
La tarea fue ardua. De día trabajaba como contador en una empresa inglesa. En las noches, muy a pesar de su orgullo, salía hasta los sitios donde se concentraban los desechos. Cada envase era guardado cuidadosamente, y luego en casa, almacenado de acuerdo con el tamaño y la densidad del vidrio. Era un trabajo artesanal.
La estructura comenzó a levantarse en un enorme terreno. Cada frasco era unido a otro con una silicona especial. Lo difícil eran los vientos que en determinadas épocas del año son demasiado fuertes. Las corrientes de aire producían la caída de las paredes y columnas.
Al despertar la mañana Jan Than se encontraba con la desagradable sorpresa de que tenía que comenzar de nuevo. Sólo encontraba un montón de cristal roto. Sin embargo, se reponía del desánimo y reemprendía la tarea.
Demoró tres años. Lo logró. La construcción de tres alcobas, un baño y una cocina, fue por mucho tiempo el atractivo de los visitantes. Nadie podía creer que alguien se propusiera acometer un proyecto de tales dimensiones. Y no solo hubo quien lo hizo sino que además, lo terminó y disfrutó a plenitud.
Sin duda al comenzar este año usted tiene muchos sueños y proyectos. Alrededor le dicen que es imposible. ¿Piensa renunciar a sus metas tan solo por que los demás no sueñan? En absoluto. Hoy es el día para que se levante en victoria, tome fuerzas en Dios y de pasos firmes hacia sus anhelos.
Quien tiene fe, está llamado a vencer. Un soñador de la antigüedad dejó el siguiente registro en la Biblia: “Con tu apoyo me lanzaré contra un ejército; contigo, Dios mío, podré asaltar murallas. Salmo 18:29
Él sabía que con ayuda de Dios nada nos detendrá en el camino hacia el éxito. Fuimos llamados en Jesucristo a ser ganadores. La condición de fracaso quedó en el pasado. ¡Usted puede salir adelante! Hoy es el día para comenzar de nuevo. Ánimo. Tiene asegurada la victoria.
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Hoy… Sé que la Fe viene por el Oír
“Así que la fe viene por el oír y el oír de la palabra de Dios” Romanos 10:17.
Un día estaba sentado leyendo algunos pasajes de la escritura y me llamó mucho la atención leer varios pasajes relacionados a la fe y pareciera que varios personajes de la Biblia tuvieron diferentes grados de fe. Yo no se si la fe se puede medir o no, pero lo que si pude ver en esa ocasión fue diferentes tipos y grados de fe en alguna gente de la Biblia, como el caso del Centurión quién dijo al Señor que no era necesario que él fuera a la casa a sanar el siervo sino que solo dijera la palabra y ese criado sanaría. Ante esta expresión de firmeza del centurión, el Señor dijo: De cierto les digo, que ni aun en Israel he hallado alguien con tan grande fe.
En otra ocasión, una mujer extranjera persiguió a Jesús buscando en él paz y tranquilidad en medio de su problema. Jesús siguió caminando como si no la hubiese escuchado y luego le dijo en forma cortante, que él no había sido enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel y no sería justo darle la comida a los perros, (refiriéndose a los gentiles o no judíos). A esta mujer no la detuvo el contenido de esas palabras y expresó con fuerza: Si Señor, pero aún los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de su Señor. A esta respuesta el Señor dijo: Oh, mujer, cuán grande es tu fe.
Estas historias me hacen reflexionar acerca de mi fe. Porque muchísimas veces yo me encuentro desilusionado por el silencio de Dios. Cuando mis oraciones no son contestadas yo intento rendirme y preguntar con desesperación, Por qué. Señor, Por qué. ¿Qué puedo yo hacer para que mi fe no falte y se afiance más y más en el Señor? Pues la Biblia dice que la Fe viene por el oír y el oír de la palabra de Dios. Eso quiere decir que necesito buscar más y más en la Palabra de Dios la palabra específica que me sostiene en medio de los silencios de Dios. (Por: Dr. Serafín Contreras Galeano)