EL EVANGELIO EN MARCHA
Por: Enrique Monterroza
La vida cristiana se vive desde el primer minuto hasta el último a través de la fe. Nadie puede llamarse cristiano sino no existe en él o ella una fe que lo lleve a considerarse de esa forma.
La fe es indispensable para cada uno de nosotros y cuando hablamos de fe, hablamos de confianza o seguridad, pues por fe hemos creído en Dios.
Cuando permitimos que la duda sea protagonista en nuestra vida estamos haciendo a un lado la fe, porque duda y fe no son compatibles, sino todo lo contrario, pues son términos totalmente opuestos.
La Biblia dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6 (Reina-Valera 1960).
Estos días reflexionaba en el hecho de que Dios puede y quiere hacer milagros sorprendentes en nuestra vida, pero para ello necesita que nosotros demos pasos de fe para poder ver concretado ese milagro.
Cuando pensaba en esto Dios me llevaba a reflexionar en diferentes hechos que sucedieron en el antiguo tiempo y que están registrados en la Biblia y en cada uno de ellos veo como esos hombres se atrevieron a dar pasos de fe y como consecuencia vieron la mano poderosa de Dios actuar.
Y es que se necesita FE para poder dar pasos aun cuando el panorama está contrario o aun cuando las circunstancias nos quieren llevar a dudar de que algo bueno puede suceder en medio de la dificultad.
Por ejemplo veo en la Biblia a un Abraham que siendo de avanzada edad y teniendo una esposa llamada Sara de avanzada edad también y estéril, dio pasos de fe creyendo a la promesa de Dios que le daría descendencia. (Génesis 15)
También veo en la Biblia a un Moisés obedeciendo a Dios, sacando a Israel de la esclavitud, parado frente a un mar y siendo perseguido por el ejército egipcio, sin embargo Dios le ordena que levante la vara que llevaba consigo en dirección del mar y al obedecerle Moisés ve como este se abre en dos. Ahora los israelitas tenían que dar los pasos de fe, creyendo y confiando en Dios en que al a travesar ese camino seco en medio del mar, este no caería sobre ellos. La mayoría hemos entendido la historia solo en el hecho de que el mar se abrió en dos, pero yo quiero ir más allá: ¿Acaso no se necesitaba fe para caminar en medio de esas dos paredes de agua?, ¡Claro que sí!, se necesitaba fe para creer que no morirían ahogados, todo el que pasó por allí tenía que tener fe, es decir: La parte de Dios es hacer el milagro (Abrir el mar en dos), la nuestra caminar por fe para que ese milagro sea completo. (Éxodo 14)
De la misma forma que estas dos historias podría contar más como la de Josué y los muros de Jericó, como la de Noé construyendo un arca en donde nunca había llovido, la de un Pedro caminando sobre las aguas dando pasos de fe u otras historias que nos muestran que para ver un milagro completo se necesita dar pasos de fe.
¿Qué estás esperando para dar los pasos de fe que tengas que dar?
A lo mejor tienes meses o años esperando una “confirmación” del cielo para dar ese paso que Dios ya te dijo que dieras hace mucho tiempo. Dar pasos de fe es tener el valor de creerle a Dios que su promesa se cumplirá, ¡Ojo con esto!, fíjate bien lo que escribo: “Es creerle a Dios que su promesa se cumplirá”, no estoy diciendo que esa promesa está cumplida ya o que se está cumpliendo en este momento, sino que se cumplirá, pero para ello tienes que dar pasos de fe, creerle a Dios, tener valor para hacer lo que tengas que hacer, porque Dios te respaldará porque Él te lo prometió.
Hoy quiero decirle a alguien en especial al cual Dios le hará sentir que son para él o ella estás palabras. Olvídate de quien esto escribe y tómalo como si Dios mismo hablará cara a cara contigo:
Ya no esperes más, yo quien te ha traído hasta acá soy quien te respaldará, no tienes que temer, no tienes que dudar, solo ten valor, esfuérzate porque Yo cumpliré mi propósito perfecto en tu vida.
Es hora de caminar en fe, es hora de que des esos pasos de fe que tanto tiempo he esperado que des, es hora que confíes en mi ciegamente porque Yo jamás te voy a defraudar. Recuerda que fui Yo quien te di esa promesa, ¿Y si el Señor es quien te lo dice, No cumplirá?, ¡Vamos camina por fe!
Cuando la fe aparece, la duda desaparece, cuando el valor se hace presente, el temor escapa, cuando decidimos creerle a Dios, el enemigo tiembla, porque lo que Dios hará contigo es algo maravilloso y te hará hacer historia. ¡Camina hoy por fe y no te detengas! (Fuente: enriquemonterroza.com)