Todo lo puedo en Cristo

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EL EVANGELIO EN MARCHA

PERLAS DEL ALMA

Por: Francisco Aular (faular@hotmail.com)

 

Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:12,13

 

En el tiempo del apóstol Pablo había una filosofía de “pare de sufrir” y venía de los estoicos. Sólo que sus líderes, contrario a los actuales, sí sufrían, pero negaban el dolor. Esta forma de pensamiento la manejaban los seguidores de Zenón, un pensador chipriota de origen semita que vivió entre los años 340-265 A.C. Zenón no creía en un Dios personal y enseñaba que el universo estaba controlado por una Razón Absoluta. Su meta era el perfecto control de sí mismo, negando todo sentimiento o emoción. Era una filosofía mentalista basada en el esfuerzo humano para superar todo sufrimiento y dolor; simplemente, el ser humano frente a una situación dada, declaraba que no existía.

Muy lejos estaba el cristianismo de tal manera de pensar. El Apóstol escribe desde una cárcel con necesidades y sufrimientos reales: “sé vivir humildemente y sé tener abundancia”, la palabra “saber” es el vocablo griego “oida” que significa un conocimiento espiritual, divinamente sujeto e impartido por el Espíritu Santo. No es el conocimiento por el saber meramente humano, sino el conocimiento que imparte Dios a través de la intuición en la esfera del  espíritu del hijo de Dios. No es simplemente un pensamiento positivo al que yo manejo a mi antojo, sino la dirección de Dios que nos lleva a aceptar su voluntad, y celebrarla en cualquier circunstancia adonde Él y por su causa, nos lleve.

En efecto, Pablo, desde aquella mazmorra romana en la que estaba preso, se levanta lleno del gozo del Espíritu y exclama: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, con esta oración declarativa, Pablo nos dice que sus sufrimientos son vencidos, no por sus propios esfuerzos personales, sino por su fe en Cristo.

Pablo no descansa en sus esfuerzos personales, ni en su manera de pensar positiva, y mucho menos negando que  sufre, y aquel sufrimiento en Pablo es una marca de toda su brillante carrera cristiana y ministerial. En ese mismo pensamiento, el Apóstol escribe a los cristianos de corintios: Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. (2 Corintios 12:10; RV60).

Dadas estas circunstancias, ¿qué quiere decir Pablo cuando dice “todo lo puedo en Cristo”? Lo explicaré, contando una experiencia que tuve con una mujer que me encontré en un  parque hace dos veranos. Me presenté y empecé a compartirle el evangelio, resultó que ella también era una cristiana. Me confesó que tenía una enfermedad incurable, y yo me comprometí a orar por ella. Me expresó gratitud por ello, pero la petición que me hizo no la he podido olvidar: “Pastor”- me dijo en tono de súplica-, no le pida a Dios que me sane, eso es algo que dejo a su Voluntad, pídale por mi carácter, para que en medio de mi dolor y de mis sufrimientos me dé fortaleza para alabarlo, regocijarme en Él, y ser un ejemplo para los demás”… Salí del parque conmovido, nunca había escuchado algo semejante.

“Todo lo puedo en Cristo”, se refiere a la profundidad de saber en Quien hemos creído; la sensibilidad para la comprensión de nuestros sufrimientos y el de los demás; la madurez para comprender que aun, los santos sufren y no guardar resentimientos contra Dios; es celebrar el gozo de lo eterno en vez de lo temporal; es no considerar a JESÚS como el genio de la lámpara de Aladino, que al frotarla complacía el capricho de los hombres; es no aferrarnos a esta vida temporal, cuando comprendemos que es tiempo de ir al encuentro de nuestro amado JESÚS, que nos espera al dejar de este lado todas nuestras pruebas y dificultades que habremos vencido.

Estoy convencido de que Dios no puede utilizar a los cristianos para llevarlos hacia sus profundidades, si mantienen una actitud de estoicos, a tal punto que no puedan expresar sus sufrimientos, no puedan llorar y compadecerse con los que sufren. Tampoco, Dios puede utilizar a un cristiano que no sepa sonreír, disfrutar sanamente, y compartir el gozo de vivir con los demás. Si mostramos un carácter como el de JESÚS, entonces, sí podemos decir: Todo lo puedo en Cristo.

 

Oración: SEÑOR, hoy me empino desde mis sufrimientos, mis problemas y dolores porque sé que Tú ya pasaste por allí, antes que yo. Ayúdame a no lamentarme ni a esforzarme en mis propias habilidades, pues, dependo en todo de Ti porque en Ti todo lo puedo. En el nombre de JESÚS, amén.

Perla de hoy: Todo lo puedo en Cristo significa darle el justo valor a nuestro breve paso por la vida.