Sumergido en la depresión

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EL EVANGELIO EN MARCHA

Con todos los ánimos que se tiene, con todas las buenas palabras que podamos recibir diariamente es en ocasiones algo difícil, quizás para usted, entender que se debe continuar y no quedarse estancado llorando los fracasos.

A veces aquellas palabras monótonas, por así decirlo, no llegan a lo profundo de nuestro ser y crean de alguna manera un resentimiento, porque aquellas personas no están en nuestro lugar y piensas que es sencillo opinar y simplemente lanzar una palabra más bien un cliché no es suficiente para ti.

En esos momentos cuando todo se nos hace esquivo, en esos instantes cuando la depresión nos consume y el deseo de quedarse en la cama recordando aquel buen tiempo nos tortura, es cuando debemos ser fuertes y sacar una pequeña garra de valentía, ir aunque sea arrastras al baño, darse una ducha.

La depresión puede calar muy profundamente en nuestro interior, la tristeza nos puede corroer y tratar de manipularnos pero no tiremos la toalla. Yo debo reconocer he sufrido mucho de esas épocas, aún recuerdo cuando solía quedarme en la cama y me tapaba la cara con las sábanas, no tenía hambre y solo quería intentar dormir.

 

PAG 18Si usted sufre de depresión, haga un alto y lee detenidamente que usted no tiene por qué estar condenado a vivir con ella siempre. No tiene por qué ser parte de su vestimenta diaria. Sé que es no tener ganas ni de salir a ver un poco el cielo, sé que es pensar en aquel problema que involucra a su familia, y más un sé que es que en ese momento te digan que leas tal o cual Salmo.

 

Soy consciente y creo usted también que aquellas personas que nos dan ese versículo de la Biblia para leerlo y ponerlo en práctica es con una intención más que bella, pero en ocasiones las personas no comprenden que hasta abrir un libro tan sabio como es la Palabra de Dios llega a costar.

No desistas te diría, no creas que ese es tu destino, mírate glorioso (a) y recuerda que si has abierto los ojos y sientes tu respirar es porque un objetivo debes cumplir. Dios te ve, te escucha, y sabe que estás viviendo y aunque no lo creas él es tu consuelo porque en ese momento de dolores de cabeza piensas que Dios en cualquier momento intervendrá.

La depresión es una enfermedad y como tal necesita un remedio, mientras que las enfermedades físicas necesitan de medicamentos, la depresión necesita medicamentos del alma, y esa alma tiene dueño, es Dios, él te la dio y él puede sanarla.

Si cuando te enfermas o te urge un examen médico acudes a un doctor, cirujano, dentista, oftalmólogo, etc. cuando tu alma sufra constantes periodos de inestabilidad, Dios es ese especialista quien te puede dar el remedio.

Háblale, recuerdo que cuando me encontraba hace poco sumergida en la depresión, yo le lloraba, le clamaba, le hablaba, le decía muchas cosas dentro de mi estado, le hablaba en mi mente y con todo mi ser. Y Dios es quien me decía anímate, sonríe, date una ducha, ponte linda. La depresión es una enfermedad que tiene como curador a Dios.

Da el primer paso, ¡levántate de esa cama! (Autora: Estephany Córdova)