“No te desampararé, ni te dejaré.” Hebreos 13:5 RV60

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EL EVANGELIO EN MARCHA

Como un viaje

Por: Francisco Aular (faular@hotmail.com)

 “No te desampararé, ni te dejaré.” Hebreos 13:5 RV60

 

PAG 17El fin de un año y comienzo de otro nos enseña esta verdad: La vida del cristiano nacido de nuevo, es como un viaje en tren hacia nuestro verdadero hogar, con sus paradas, sus estaciones, sus paisajes, y los otros pasajeros, mis compañeros de ruta. El tren simplemente va por los rieles hasta el final. El pasajero es el que hace los cambios. En ese tren la vida humana se nos da como un regalo. Me siento agradecido a Dios por ese regalo que me puso en el mundo por medio del nacimiento; Dios usó a mis padres para ponerme aquí, sin embargo: “El ser humano sólo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo” (Juan 3:6; NTV). Así que en este viaje hacia nuestro verdadero hogar en el cielo es indispensable nacer otra vez, porque el nacimiento humano nos coloca en la tierra, y el espiritual nos lleva al cielo. Ambos nacimientos son regalos que Dios nos ha dado. Así que, podemos decir que el primer nacimiento es terrenal y el segundo proviene del cielo. El primero es temporal, ya que ningún ser humano por poderoso o sabio que sea es indestructible; la muerte es inevitable: “Todos llegamos al final de nuestra vida tal como estábamos el día que nacimos: desnudos y con las manos vacías. No podemos llevarnos las riquezas al morir” (Eclesiastés 5:15; NTV).

Un anciano, al cual estaba evangelizando, me dijo en tono lastimero: “¡Ah, si yo pudiera volver a nacer!…”, entonces, le respondí, lleno de gozo: “Amigo, le tengo las mejores noticias que usted haya oído en toda su larga vida: ¡Sí puede volver a nacer! ¡JESÚS bajó del cielo con esa gran noticia para todos nosotros los pecadores!.” Y desde aquel momento, el anciano nació de nuevo, lo discipulé y se hizo miembro de la iglesia; vivió los pocos años de vida espiritual como un nuevo hombre, hasta que llegó al final de su viaje en esta tierra y pasó a su verdadero hogar en el cielo. En efecto, JESÚS dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).

Ahora bien, estamos al final del año 2015, así se cumple una etapa de nuestro viaje, sin embargo, si todavía no has nacido de nuevo, no tienes vida eterna en JESÚS. Lo más importante es que en esta hora de reflexión en la que hemos repasado la historia de la Navidad, cuando JESÚS adoptó la vida temporal por 33 años y, como todo ser humano, murió, siendo que Él mismo es la vida eterna, pero, al tercer día resucitó, y desde entonces, la muerte temporal es absorbida por la vida eterna, y por ello, JESÚS y sólo Él es nuestra esperanza de resurrección. JESÚS nos da la vida temporal para que nosotros podamos tener la vida eterna. ¡Gracias Dios mío por tu plan de salvación y rescate para el ser humano!

Un asunto que tenemos claro en Las Escrituras es que nadie irá al cielo obligado. Es triste que celebremos los días de este mes sin la presencia de Él en nosotros y en la fiesta. Para invitarlo a nuestras vidas es necesario nacer de nuevo, y esto lo logramos al arrepentirnos, de manera individual, de nuestro pecado de orgullo y desobediencia; al pedirle perdón por nuestros pecados e invitarlo a ser nuestro Señor y Salvador. JESÚS te dice: “¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos” (Apocalipsis 3:20). ¡Dios por su gracia infinita quiera una relación de amor y amistad contigo! Si esto quieres hacer al leer esta meditación, repite la siguiente oración:

Amado JESÚS, tú dijiste: “el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”, en obediencia a tu Palabra, en esta hora yo me arrepiento del pecado que me separa de ti, te pido el perdón de mis pecados, y te ofrezco con humildad y fe mi corazón para que vengas y mores en mí. Hoy nazco de nuevo. Hazme como uno de tus hijos. ¡Gracias SEÑOR por oír esta oración y salvarme! Amén.

Si has hecho esta oración en forma sincera, escríbeme porque tengo una literatura para ayudarte en tu crecimiento espiritual, y con mucho gusto te la hago llegar. Ahora, sí: ¡Feliz Año Nuevo con JESÚS en tu corazón y en tu viaje!

PERLA DE HOY: No viajes solo…JESÚS vino a buscarnos porque quieres ser nuestro Compañero de viaje hasta nuestro hogar celestial. ¡El cielo no es cielo sin el ser humano!