Del rojo al azul con el voto latino

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OPINION

 

Por: Maribel Hastings

 

Ahora que se inicia el conteo regresivo para las elecciones generales del 8 de noviembre, se intensifican las sumas y las restas para arribar a la cifra mágica de 270 votos electorales que garantizan la presidencia de Estados Unidos.

Como en un juego de ajedrez, las campañas comienzan a mover sus piezas para determinar dónde se debe invertir y dónde no vale la pena hacerlo para ir sumando votos electorales.

Pero como nos encontramos ante una elección poco tradicional, la carrera por los 270 se está tornando bastante impredecible.

Sin embargo, la narrativa de elecciones previas se está dejando sentir con más fuerza en este ciclo electoral: el voto latino será crucial en algunos estados e incluso tiene el potencial de inclinar la balanza a favor de la aspirante demócrata, Hillary Clinton, en estados que han favorecido a republicanos en elecciones previas.

El común denominador para que esto esté ocurriendo se llama Donald Trump, el aspirante presidencial republicano que con su retórica y propuestas divisorias y xenófobas está sirviendo de motor para impulsar el voto latino.

Tomemos como ejemplo a Arizona y sus 11 votos electorales. El último aspirante presidencial demócrata en ganar Arizona fue Bill Clinton durante su reelección en 1996.

En el 2008, Barack Obama perdió Arizona pero por apenas nueve puntos porcentuales, pese a ser el estado del entonces contendiente presidencial republicano, el senador John McCain, quien ganó con 54% del voto sobre 45% de Obama.

A pesar de ser un estado con 2,056,456 latinos, Arizona ha sido epicentro de iniciativas antiinmigrantes y la más reconocida es la SB 1070 que, en nombre de combatir la inmigración indocumentada, recurrió al uso de perfiles raciales que afectaron incluso a hispanos ciudadanos y residentes permanentes, sin contar con el efecto negativo sobre la economía del estado.

La antiinmigrante ley de 2010 sentó las bases para mayores esfuerzos de registro y movilización de votantes con la esperanza de ir pintando de azul al rojo estado.

En 2012, el aspirante republicano, Mitt Romney, le ganó a Obama este estado fronterizo 54% sobre 44%.

Sin embargo, desde el 2010 las figuras republicanas del estado han seguido aislando al voto latino a través de diversas figuras, entre otras, el alguacil del condado de Maricopa, Joe Arpaio, y la exgobernadora Jan Brewer. Ambos apoyan a Trump.

Ahora diversas organizaciones, incluyendo Mi Familia Vota, y varios políticos demócratas, presionan no sólo por el registro sino por la movilización de votantes latinos. La expectativa es, como siempre, que el Partido Demócrata invierta en el voto latino y no lo dé por sentado.

Según la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO), en Arizona hay 625,464 votantes latinos registrados, 17% del total de electores registrados en ese estado.

En cada ciclo electoral han confluido factores que pueden ir colocado a Arizona en la lista de estados oscilantes: el alza en la población latina, sobre todo de personas elegibles para votar, y un Partido Republicano empecinado en alejar a este importante sector electoral.

Pero aquí, como en otros estados en juego, hay un factor que será decisivo: que los demócratas inviertan y cortejen a ese voto latino. Hacerlo puede alterar el mapa electoral en algunos sectores obrando a su favor. (*Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice).

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Reportan crecimiento del voto latino en EEUU

El voto latino en las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos podría llegar a 15 millones, estimó el profesor emérito de la Universidad de California en Los Ángeles, (UCLA, por sus siglas en inglés), David R. Maciel. El académico destacó que en los últimos cuatro comicios presidenciales la participación en las urnas del grupo minoritario más grande de ese país ha aumentado en casi dos millones.

En 2008 acudieron a las urnas 9.7 millones de latinos, casi dos millones más que en 2004. En tanto, en 2012 el número creció a 12.2 millones, de ahí que se estima que su participación se incremente en noviembre próximo en dos o tres millones de votantes. Maciel planteó que si bien no todos los latinos pueden votar por su estatus migratorio, el número de quienes acuden a las urnas crece en cada contienda dada la intensa campaña de empadronamiento que promueven organizaciones chicanas/latinas, así como los medios de comunicación en español, con apoyo de los consulados de México.

El especialista destacó que la participación política de la comunidad latina en la Unión Americana supera los 55 millones de habitantes, de los que 34 millones son mexicanos o de origen mexicano. Consideró que el crecimiento de la comunidad latina no obedece sólo a la inmigración recién llegada, sino al crecimiento de la segunda y tercera generaciones de ciudadanos nacidos en Estados Unidos de padres latinoamericanos.

Tan sólo, dijo, ese grupo ha duplicado su número cada 40 años y se estima que para 2050 una de cada cuatro personas en Estados Unidos sea de origen latino. Incluso, dada su importancia en las elecciones, los latinos jugarán un papel muy importante en los llamados estados “péndulo”, donde alcanzan entre 15 y 20 por ciento de la población.

Se trata de estados como Nevada, Colorado, Nuevo México y Florida, donde incluso podrían marcar la diferencia para la victoria del Partido Demócrata o el Republicano. Maciel recordó que actualmente el Congreso está en manos republicanas y en estados como California las dos cámaras están dirigidas por primera vez en más de cien años por dos políticos chicanos, mientras que en términos de puestos locales en toda la nación los latinos rebasan los dos mil. (Fuente: calibre800.com)