¿Es Dios injusto?

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EL EVANGELIO EN MARCHA

¿Es Dios injusto?

(ROMANOS 9:8-29)

Por: Rev. Julio Ruiz, Pastor

 

INTRODUCCIÓN: Ya hemos dicho que la carta a los romanos es la llamada “constitución del cristiano”. ¿Por qué decimos esto? Porque  esta carta le expresa al individuo que está bajo el juicio del pecado (cap. 3). Además, es  esta carta la que nos dice la manera cómo somos justificados delante de Dios (cap. 3 y 4). De igual forma nos habla de los beneficios de esa justificación (cap. 5), así como la unión con Cristo por medio de la fe. El capítulo 7 nos habla de la lucha de la carne y el espíritu, pero luego vemos cómo obtenemos la victoria en el capítulo 8. Todo esto para llegar al capítulo 9 donde nos encontramos con el gran tema de la elección incondicional para la salvación. Y es en este capítulo donde se nos revela uno de los temas  doctrinales más grande  acerca de la salvación como es la elección. Y es este  tema que ha llevado a  algunos a pensar que Dios es “injusto”  en lo que hace, sobre todo  cuando pensamos que él debe actuar de acuerdo a lo que nosotros consideramos como bueno o malo.  Así que no será fácil digerir la idea de la actuación de Dios en lo que respecta a su tema de elegir algunos para que se salven y a otros para que se pierdan. En el presente pasaje  hay un contexto con el  Antiguo Testamento.  Como los judíos no podían entender este asunto de la elección, Pablo está explicando algo  que era incómodo para ellos y para nosotros.  Para entender esto él nos presenta dos ejemplos históricos de modo que se pueda demostrar la elección soberana de Dios. Como sabemos Sara quiso ayudar a Dios en este asunto teniendo a Ismael, pero la Biblia nos dice que fue Isaac (el menor y menos indicado) quien fue elegido e Ismael  rechazado (v. 12). Y por el otro lado tenemos a Jacob (el menor y menos indicado) elegido y Esaú rechazado (v. 13). De  esta manera el lector podría llegar a la conclusión que Dios caprichosamente hizo una elección injusta. Pero, ¿será cierto que Dios es injusto? ¿Podemos medir la justicia de Dios como la nuestra? Bueno esto será nuestro tema para hoy.

 

  1. COMO DIOS SOBERANO ES INACEPTABLE PENSAR QUE ÉL TRATE A ALGUNOS INJUSTAMENTE

 

  1. Los que son hijos según la promesa v. 8. El contexto de este pasaje nos habla del papel de Israel en la historia de la escogencia y el rechazo que ellos hicieron de Dios cuando llegó el Mesías. Pero el fracaso en su respuesta al evangelio no significó que la palabra de Dios había fallado. En todo caso el “repudio” de Israel al evangelio fue un ejemplo para ilustrar la manera cómo actúa la elección soberana de Dios. En este sentido Pablo hace un recordatorio por demás interesante cuando dice que “no todos los que descienden de Israel son israelitas”, es decir, del Israel espiritual (2:28–29). ¿Cómo se explica esto? Bueno el mismo apóstol va a decir que los auténticos descendientes israelitas son los hijos de la promesa, eso es lo que vienen de Isaac. De esta manera comprobamos que ser un descendiente físico de Abraham no es suficiente; por lo tanto tiene que haber una elección por parte de Dios. Esto es lo que nos dice  Romanos  8:33. Pero además de esto  la persona tiene que creer en él (Ro. 4:3, 22–24). Esto significa que el judío no es salvo por ser israelita o porque alguien  haya nacido en la religión de sus padres. Seremos salvos por la elección divina a través de la fe en Cristo.
  2. A Jacob amé, mas a Esaú aborrecív. 13. Cualquier lector prejuiciado e incrédulo al leer este texto va a concluir que Dios hace acepción de personas. Las preguntas serán muy obvias.  ¿Significa que Dios odia a unos y ama a otros  sin razón ni motivo alguno? ¿Significa que es Dios quien determina desde el principio el destino final de cada uno? Bueno al parecer esto es lo que Pablo está diciendo. Si le damos seguimiento a sus argumentos,  entenderemos  que Dios, en efecto,  escoge (ama) a unos y rechaza (odia) a otros de antemano independientemente de lo que ellos vayan a hacer, sea bueno o sea malo. Si entendimos otra cosa a lo mejor no hemos seguido a Pablo correctamente.   Por supuesto que lo que Pablo nos está diciendo no es fácil de digerir, de allí que necesitamos seguir leyendo lo que el apóstol nos dice sobre este tema. En Génesis 18:25 anticipadamente ya se  había confirmado lo que Dios es respecto a este asunto de su justicia. Abraham dejó para todos la pregunta que califica la soberanía de Dio: “El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?”. El amor y el aborrecimiento de Dios va acorde con el llamado que hace.

 

  1. COMO DIOS ES SOBERANO ÉL ESTÁ LIBRE DE MOSTRAR MISERICORDIA A QUIEN QUIERA

 

  1. Entonces, ¿es Dios injusto? v. 14. Bueno esto era lo que pensaban algunos judíos durante el tiempo de Pablo y lo sigue pensando mucha gente hoy. Todo tiene que ver con el razonamiento “lógico” y humano acerca de por qué Dios amó a Jacob y odió a Esaú. Sin embargo hay que enfatizar que el tema de la elección divina no está basado en lo que hacemos, pensamos, sentimos o en lo que decidimos, sino que está basada en el Dios que llama. De esta manera la respuesta a la pregunta del versículo 14 surge de la enseñanza de Pablo acerca de la elección incondicional que Dios por su gracia elige a quien quiere antes de que nazca. Esto plantea que el asunto de ser  elegidos para vida eterna no depende de lo que decidamos o de lo que hagamos. La elección es un acto absolutamente divino. Tiene que ver con los que creerán en Cristo y se salvarán y quienes rechazarán a Cristo y se perderán. Esta decisión al final pertenece a Dios. La pregunta que haremos no será si Dios es injusto o no, sino si yo formo parte de la elección divina. La única manera de saber esto es viniendo a Cristo y aceptándolo como mi salvador. Mi garantía está en mi decisión de aceptar a Cristo.

 

  1. Tendré misericordia del que tendré misericordia v. 15. El contexto de este pasaje nos habla de lo que había pasado con Moisés en el Sinaí. Mientras él recibía las tablas de la ley, y el pueblo esperaba, se desenfrenó adorando a un becerro de oro. La ira de Dios fue tan grande que le propuso a Moisés acabar con ese pueblo y hacer otro, pero la intervención de este hombre fue tal que Dios tomó otra decisión, aunque castigó a los culpables. Fue en ese contexto que dijo: “Tendré misericordia del que tendré misericordia”. Mis hermanos, ningún ser humano merece su misericordia. La elección de Isaac sobre Ismael y Jacob sobre Esaú debe ser interpretada como un acto de misericordia. En otras palabras, lo sorprendente para Pablo no fue que Dios rechazó a Ismael y a Esaú, sino que eligió a Isaac ya Jacob, porque no merecían ser incluidos en sus propósitos misericordiosos y de su infinita gracia. La elección divina significa que Dios se compadece de los hombres y aplica su misericordia al salvarlos preordenadamente. En esto vemos que la justicia de Dios se manifiesta en la elección.

 

III. COMO DIOS ES SOBERANO ES LIBRE DE ENDURECER A QUIEN DESEA PARA MANIFESTAR SU GLORIA

 

  1. Dios endurece el corazón del hombre también v. 17. ¿Es Dios injusto por esto? Todo este pasaje se presta para que los que adversan la palabra revelada sigan pensando de esta manera. Pero la verdad sigue siendo otra. El texto mismo nos da la razón porqué Dios endureció el corazón del faraón. Dios sabía que este hombre no se iba a humillar como sí lo hizo Nabucodonosor en los tiempos de Daniel. Al contrario arreció más su comportamiento, aunque tuvo la más grande demostración del poder de Dios. Dios usó eso con el fin de dar a conocer a las naciones posteriormente que él es el Dios verdadero y que su gloria era manifiesta más allá de Israel. Vamos a verlo de otra manera. Dios pudo ser misericordioso con Faraón y los egipcios suavizando sus corazones y que todos ellos pusieran también la sangre en sus casas para que el destructor no matara a los primogénitos. Pero Dios prefirió endurecer el corazón de Faraón con el propósito de mostrar la gloria de Dios en poder y juicio, para que su fama se extendiera por toda la tierra. Dios puede endurecer los corazones de los hombres que jamás se arrepentirán de sus acciones para revelar toda su gloria en ellos.

 

CONCLUSIÓN: Jesús ilustró lo que acá estamos tratando con una  parábola (Mateo 20: 1-16). En la misma podemos ver que hubo un grupo de trabajadores que fueron contratados en distintos horarios durante el día (vv. 1, 2). Por seguro algunos fueron contratados para trabajar en la mañana (6:00 am), otros a las 9:00 am, otros a las 3:00 am y finalmente otros fueron contratados a las 5:00 am.  Es claro que en  la parábola vemos el acuerdo del pago por parte de los obreros  con el jefe de la  familia. Como era de esperarse algunos vieron que hubo una “injusta” paga entre los que comenzaron bien temprano y los que lo hicieron ya en lo último, pero esta fue la respuesta: “Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros: porque muchos son llamados, mas pocos escogidos” (Mateo 20:13-16). Las riquezas del Señor las reparte como él quiere. Él es generoso y misericordioso para con todos. Esa es la clara moraleja que aprendemos de esta parábola. Los “postreros”, aquellos que son llamados y escogidos al final, tienen entrada al Reino de Dios tal como los que son llamados al comienzo del día. La  elección divina es un asunto exclusivo de la economía divina. Debemos asegurarnos que él nos haya escogido.

 

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