Respeto: la verdadera relación

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EL EVANGELIO EN MARCHA

Respeto: la verdadera relación

Por: Rev. Ricardo Carrillo

Lectura Bíblica: Santiago 3: 1:10

 

INTRODUCCION: Las semanas pasadas vimos a cerca de la reconciliación en medio de nuestras relaciones interpersonales, cómo tenemos que reconocer nuestros sentimientos delante de Dios,  renunciar a nuestras heridas, renunciar a todo tipo de resentimiento, cómo tenemos que dar el primer paso y cómo mostrar gestos de reconciliación con los demás.

Ese es el camino que debemos tomar todos los cristianos, el camino de la reconciliación; cuando las relaciones se dañan, se estropean, cuando nos herimos, cuando nos ofendemos, pero hoy vamos a ver otro principio que también será familiar para nosotros, pero si aplicamos este principio a nuestras vidas podemos ahorrarnos mucho sufrimiento.

Este principio puede ayudarnos a desarrollar para vivir como iglesia, es el RESPETO; el respeto a los demás preserva la unidad y siempre como iglesia hablamos de la unidad como cuerpo de Cristo, porque no podemos dejar de ser unidos, porque somos parte del cuerpo de Dios.

Debemos tener el mismo sentir, y esas cosas están en nuestro lenguaje, y lo entendemos y lo asimilamos, pero sin embargo, siguen los conflictos, siguen las dificultades, siguen las discusiones entre nosotros, tenemos que entender lo que significa el verdadero respeto y fíjate lo que dice Efesios 4: 1-3 “Yo, que estoy preso por servir al Señor, les ruego que vivan como deben vivir quienes, como ustedes, han sido llamados a formar parte del pueblo de Dios. Sean humildes, amables y pacientes, y con amor dense apoyo los unos a los otros. Hagan todo lo posible por vivir en paz, para que no pierdan la unidad que el Espíritu les dio”

Pablo  nos está dando algunas recomendaciones y dice que debemos ser humildes, amables, que debemos darnos el apoyo el uno al otro, y estar en armonía y es interesante lo que dice al final: para que no pierdan la unidad que el Espíritu les dio. Quiere decir que si estamos unidos, tenemos un mismo padre, porque Dios ha dado de su espíritu a cada uno de nosotros y tenemos una unión espiritual maravillosa, pero la Palabra dice que puede perderse, que puede arruinarse, que puede ser afectada esa unión, tengan cuidado dice, no pierdan la unidad que el Espíritu les dio.

Por favor revisemos lo que dice Romanos.12:10: “Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente”.

Entre estos dos versículos vemos la descripción de una comunidad de creyentes, que viven humildemente y honrándose mutuamente, se apoyan, en el centro de este estilo de relaciones interpersonales está el respeto a los demás, ¿Por qué es tan importante el respetarnos unos a otros?, ¿por qué este respeto a nuestros semejantes preserva esta unidad?, esta unidad que debemos cuidar. ¿Cuál es la base de ese respeto?.

 

PORQUE DEBEMOS RESPETARNOS

Tiene que haber una base, tiene que haber un sustento, para este tipo de respeto, muchos filósofos han estudiado a cerca del respeto.

Kant es uno de los filósofos que habla acerca del respeto, él dice que el respeto es basado en el ser humano, como un fin en sí mismo. Él dice que el ser humano es un fin en sí mismo y eso tiene algo positivo, porque muchas personas comienzan a entender que no deben usar a los seres humanos como un objeto y esto durante la historia de la humanidad se ha visto y se seguirá viendo, si las estructuras del corazón del hombre no cambian.

Pero para nosotros los cristianos de acuerdo a nuestra cosmovisión, el respeto que debemos a nuestros semejantes va más allá de pensar en el ser humano como un fin en sí mismo, tiene que ver con algo mucho más grande, tiene que ver con algo que está por encima del hombre, si miramos las primeras páginas del Génesis: encontramos el relato de la creación y dice claramente, que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, hemos sido creados a la imagen de Dios.

 

ILUSTRACION

Hace mucho tiempo se hizo un experimento, colocaron un cuerpo humano con todos los elementos necesarios para que viva: tenía órganos perfectos, sin ninguna enfermedad,  órganos en un estado insuperable. Le colocaron sobre un quirófano, la sangre que se inyectaría era sangre muy buena, todo se preparó con excelencia, este experimento costo miles y miles de dólares.

Todo estaba preparado solo faltaba que el corazón empiece a latir y comenzaron a dar electro shock, pero el corazón nunca latió, ¿Por qué cree que nunca latió?; algo faltaba, ¿que faltaba? El soplo de vida, que solo Dios lo da.

Hermanos amados solo Dios nuestro Padre puede dar la vida y puede quitarla, por eso es que tenemos que entender que el espíritu lo da Dios, y que nosotros somos personas espirituales por naturaleza.

Somos creación de Dios, creados a su imagen y semejanza, y sabemos que Dios es Espíritu, y nosotros por lo tanto también, porque somos creados a su imagen.

Ese Dios nos desafía en la comprensión de las cosas, porque para el ser humano, las cosas tienen un comienzo  y un final, pero Dios se describe como alguien que está antes del inicio y que no tiene fin.

Este Dios eterno que dice: que de tal manera amo Dios al hombre, a ti y a mí y dio a su hijo, y ese Dios que nos ama, que nos deja asombrados con la magnitud de su amor.

¿Qué podremos hacer frente a nuestros semejantes? Si Dios ama a cada persona, nosotros tenemos que amarle también, porque cada persona está hecha a la semejanza de él.

Y por esa razón debemos dignificar a nuestros semejantes, por eso debemos darle el respeto a cada ser humano. Dios nos ama de esa manera, si entendiéramos un poco más este amor de Dios, quizás dejaríamos algunos conceptos errados en nuestras mentes, porque muchas veces creemos en un Dios condenador, un Dios que trata que nuestras vidas sean aburridas y estos son conceptos errados de lo que es Dios.

Nuestro Dios es un Dios de amor, que ama a la humanidad profundamente y ese amor que Dios tiene para con nosotros, lo ha llevado a darnos ese libre albedrio y muchas veces en nuestra libertad le damos la espalda a nuestro Creador.

 

AMAR A NUESTROS SEMEJANTES

Entonces nosotros tenemos que amar a nuestros semejantes, porque ellos son imagen y semejanza de Dios, debemos  darles dignidad y respeto.

Por eso que cuando nos creemos superiores a otras personas, y comenzamos a ver sobre los hombros a los demás, es totalmente opuesto a lo que dicen las escrituras, es totalmente contrario al espíritu de la Palabra de Dios.

Por esa razón en los peores momentos de la civilización, cuando no había respeto por la vida humana, cuando existía la esclavitud, muchas personas decían que los habitantes del África  no tenían alma, esta era una teoría ridícula, cuya finalidad era despojar al ser humano, de esta dignidad, de este respeto, que merecen como criaturas creadas por Dios.

¿Para qué lo hacían? para cometer atrocidades, lo vemos en muchas de las discusiones étnicas, no podemos mirar así al ser humano.

Fíjate en Filipenses 2:1-4 (NVI) “Por tanto, si sienten algún estímulo en su unión con Cristo, algún consuelo en su amor, algún compañerismo en el Espíritu, algún afecto entrañable, llénense de alegría teniendo un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento. No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.”

Este es el mensaje del evangelio, mirar a los demás como dignos, mirar a los demás con respeto, incluso como superiores a nosotros mismos, y el Señor llevó esto a la práctica, si vemos los siguientes versículos veras que Jesús hizo exactamente eso.

Pero el respeto no solo debe quedarse en un asunto de definiciones, sino es necesario llevarlo al terreno de la práctica. Tenemos que aterrizarlo a nuestras vidas diarias, en los hogares, en nuestros trabajos, en las escuelas y en nuestra propia iglesia, tenemos además que entender porque debemos respetarnos,

 

Sigue la próxima semana

 

 

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