EL EVANGELIO EN MARCHA
Por: Rev. Ricardo Carrillo
EXISTEN CUATRO CAUSAS DE LA ENFERMEDAD
Después de haber hablado la semana pasada sobre la causa natural como una enfermedad en nuestro cuerpo, veremos hoy una segunda causa.
II. CAUSA PERSONAL
La enfermedad está en mi culpa, aquí encontramos dos palabras claves, la palabra personal y la palabra culpa.
En el evangelio de Juan se revela esta causa personal de enfermedad, allí el Señor nos cuenta, una experiencia que tiene en la ciudad de Jerusalén.
Juan 5: 2-9: Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. 3 En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. 4 Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. 5 Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. 6 Cuando Jesús lo vio acostado y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? 7. Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. 8 Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. 9 Y al instante aquel hombre fue sanado y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.
Mira el escenario, un lugar con un estanque, que se le atribuye condiciones milagrosas, hoy en día, en este tiempo de la globalización, en este tiempo de la modernidad, de las comunicaciones, todavía hay lugares especiales en el mundo, donde la gente cree que las buenas vibraciones les pueden sanar.
Todavía hay personas que creen que hay lugares especiales en el mundo, donde tú te puedes sanar en forma milagrosa, la gente hace viajes, hace peregrinaciones y va de un sitio a otro, esperando ser sanados ¿Por qué?
ALGO SOBRENATURAL
Porque creen en algo sobrenatural en ese lugar, no importa que venga de donde venga, cual sea el origen de esa sobrenaturalidad. En el pasaje que hemos leído, había una tradición, es más, era una superstición, es lo que hoy día se llama la fe popular, este hombre del pasaje bíblico, tenía 38 años esperando y había una multitud de enfermos esperando su turno o tratando de entrar al estanque.
La superstición estaba basada en que un ángel iba a mover el agua y se produciría una sanidad, esta es la base bíblica en la actualidad, de algunos charlatanes quienes han hecho una doctrina errada de este pasaje bíblico.
En el pasaje de Juan, la gente estaba esclavizada a esta tradición, a esa superstición, lo interesante de este pasaje es que Jesús no le contradice al enfermo, no era tiempo de contradecirle, era tiempo de sanarle, ¿me entiendes mi hermano?.
Quizás nosotros le hubiéramos dicho, que pasa amigo ¿Cómo puedes creer en esas historias?, si aquí está el Salvador, Jesús en persona, cree en él.
Mi hermano, mi hermana, Jesús no quiere contradecirte, Jesús respeta tu posición, Jesús es un caballero, Él quiere que el Espíritu Santo te convenza de pecado, de justica y de juicio.
Que te convenza que tú necesitas de Jesús, por más buenos que sean tus propios pensamientos, nunca se van a comparar con el pensamiento de Dios; por eso Jesús, no le dice a este paralítico que su mente está esclavizada de esa mentira, por eso el Señor no le dice que las ideas que él ha dejado que entren en su cabeza y provoquen que sean esclavos de esa superstición.
Si ese hombre tuviera vida, hasta ahora estaría esperando que se mueva el agua; pero así viven millones y millones de personas y tú tienes que investigarlo, se habla de la fe popular, de la fe folklórica y tantos tipos de fe, pero la gente está buscando sanarse a través de lugares especiales.
Mi hermano, si tú estás esperando que tus buenas ideas transformen tu vida, nunca podrás ver la transformación que Dios quiere hacer contigo, con tu familia y con toda tu vida.
Usted sabía que Satanás también sana y cuando lo hace, te cobra el doble, tú puedes ser sanado por él y él te cobra tu alma, ese es el precio.
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Hace un tiempo, un amigo salió a las calles para un trabajo de periodismo, y quería pedir la opinión de la gente acerca de la superstición; por supuesto que era en contra de la superstición.
Pero cuando las personas ven una cámara y un micrófono, se transforman, así son muchas personas, la gente tiene hambre de ser famoso por 5 minutos.
Mi amigo se colocó en la puerta de una tienda donde venden estas cosas y todas las personas a quienes se le acercaban el micrófono, hablaban y hablaban con mucha facilidad y después cuando cortaban el video decían, ¿cuándo sale esto?
Uno de los entrevistados, respondió, ¡si, salgo de la tienda y he comprado un amuleto curado!, ¡curado!, quiere decir que supongo que el amuleto estaba enfermo y necesitaba curarse y lo curaron.
Hermanos las ideas tienen consecuencias, porque se afincan en nuestras mentes y esas creencias comienzan a gobernarnos. Y mucha gente vive así, gobernados por sus creencias.
Mira lo que dice Proverbio 23:7: Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; mas su corazón no está contigo.
El proverbista está diciendo: “lo que yo pienso, define mi persona, mis patrones mentales, gobiernan mi persona” Y eso es lo que está pasando con una multitud de gente; tienes que tenerlo claro: “Dios actúa soberanamente en las enfermedades”
ILUSTRACION.
Hace muchos años en la iglesia donde nací espiritualmente, vino un hombre desesperado, era un general de división del ejército peruano, y le dijo al pastor, “tengo 58 años, ando con una chica de 18, pero yo siempre he sido así y mi esposa a sufrido por esa causa; pastor ha llegado el momento en que me siento sucio, tengo hijos pequeños y no quiero tocarlos, porque creo que los estoy contaminando.
Estoy hace 6 meses con un psicoanalista no pasa nada, no puedo tener tranquilidad, ni paz, por favor ayúdeme. El pastor le dijo: “si tu tuvieras un problema físico, tendrías que ir a un médico, si tuvieras un problema emocional irías donde un psicólogo, pero si tú tienes
un problema espiritual, el psicólogo no puede ayudarte, tú tienes una culpa real y esa culpa no te deja vivir en paz; esa noche ese hombre se entregó a Cristo con todo su corazón y su vida fue completamente trasformada.
Pasó el tiempo y su condición de militar lo llevó al interior de mi país, pues hasta allí, lo persiguió la muchachita y el volvió a caer, lo llama al pastor llorando y le dijo: pastor, me han detectado insuficiencia renal, era un día jueves, y él decía que dentro de cuatro días le iban a clausurar los riñones, esto implicaba la vida esclavizaste de la electrodiálisis.
El pastor fue a buscarlo y le dijo: ¿Por qué crees que pasa esto? Y este hombre le conto como le había fallado a Dios y el pastor le respondió y tú crees ¿que por eso te has enfermado? Si pastor, yo estoy seguro que por eso me he enfermado.
Y el pastor le dijo: Pues pídele perdón a Dios y espera en su misericordia, el entre lágrimas le pidió perdón a Dios, el pastor oró por sus riñones, la iglesia oro por esos riñones
y este hombre fue a su cita médica antes de la operación y el médico le dijo: general usted no tiene nada y él se quedó sorprendido de la misericordia de Dios.
El médico del hospital militar estaba sorprendido y estaba buscando explicación a ese gran milagro. Pero ahora nosotros sabemos que ese hombre se había enfermado por su culpa, no podemos jugar con Dios.
Dios es maravillosamente bueno, pero también es maravillosamente santo; tenemos que entender que puede haber causas naturales de enfermedad y causas personales en donde la enfermedad se da por nuestra culpa.
Y cuando este es el caso, tenemos que pedirle perdón al Señor y esperar en su misericordia. La pregunta es: si tú estás enfermo y sientes que le has fallado a Dios y tienes una carga especial de culpa, es porque has hecho un inventario espiritual y has salido en bancarrota espiritual; entonces sabrás si esa enfermedad es por tu culpa.
Sigue la próxima semana
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