EL SALVADOR: Mantos acuíferos del Valle El Ángel en peligro de extinción por proyecto urbanístico

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Texto y Fotos: Wilfredo Díaz

  Los seres humanos no somos conscientes del medio ambiente y todo lo que siga ocurriendo negativamente a la tierra, siempre seremos culpables, pero si dejamos que nuestra mente guíe las malas acciones, solo así podremos heredar un medio ambiente más próspero a las nuevas generaciones.

  En las sociedades del mundo, podemos ver como las acciones perversas del ser humano destruyen el medio ambiente. Acciones y mentes ambiciosas al poder del dinero, que no les importa cuántas familias dejarán sin el vital líquido, el Agua, que cada día se escasea todo por no respetar las leyes de la naturaleza, lo cual es cuidarla.

  Cinco y treinta de la mañana, me levanté con ánimos de hacer algo interesante y próspero por este país, como siempre lo he hecho, contar historias, que podrían tocar tu alma, mente y corazón.

  Este día tenía una misión, acompañar a un grupo de habitantes del Valle El Ángel del municipio de Apopa y hacer un recorrido en unos de los diez mantos acuíferos, que alimentan la zona norte de San Salvador y otros municipios del país.

  Acompañé a estas familias por varias razones, verificar como hacen con el vital líquido que se escasea en la zona, ver la defensa de ellos a los mantos acuíferos y constatar lo que los políticos populistas ofrecen en sus campañas, como por ejemplo, el cuido del medio ambiente y la igualdad a la vida, pero ya en la realidad todo es falso, siempre al más necesitado los dejan en el olvido y es más, hasta les quieren hacer desaparecer esos mantos acuíferos que por generación familiar han cuidado.

  Este problema, es tan grave que por el momento el nacimiento de agua del caserío las Periqueras, ya está seco y muchas familias tienen que caminar un kilómetro o más, para llegar al nacimiento de agua más cercano, el Chacalapa, ambos del municipio de Apopa.

  Los políticos, diputados, presidentes, alcaldes de este país El Salvador, siempre en sus campañas propagandísticas hablan de ser transparentes, solidarios, de practicar la igualdad con el más necesitado y de meter preso al corrupto, pero ya en la realidad, ese discurso queda bajo la mesa, más cuando comienzan a ser negocios oscuros.

  Bueno, abordé un Uber, me traslado al redondel Schafik Handal, constitución, lugar donde me encontraría con el pastor de la iglesia luterana de Tonacatepeque, Santiago Rodríguez. Me subí a su carro y comenzó el recorrido.

  Tomamos la carretera Constitución, rumbo al municipio de Apopa, comenzó a señalarme los terrenos que supuestamente serían afectados por un proyecto urbanístico, que quiere ejecutar la familia Dueñas, lo cual y supuestamente el presidente Bukele, los está apoyando, dejando atrás el cumplimiento de las leyes del medio ambiente, como ya es de su costumbre.

  Santiago asegura, que ya tiene tres años de estar acompañando a estas familias del municipio de Apopa, ellos como representantes de una iglesia y de Dios, su misión es defender a los pobres que se le violentan sus derechos de vivir con igualdad.

  Las comunidades tienen años de estar en esta lucha, han pasado gobiernos tras gobiernos y ninguno ha querido parar este proyecto urbanístico, Ciudad Valle El Ángel, que vendría a desaparecer diez principales mantos acuíferos, que alimentan la zona norte del gran San Salvador, lo cual uno ya se ha secado.

  Si realizan este proyecto, se perderán fuentes de trabajo, muchas familias residentes de estas zonas, se dedican a la agricultura y oficios varios. En estos terrenos, quieren construir residenciales, centros comerciales, una iglesia y en fin todo lo que compone una ciudad.

  Los habitantes de este municipio de Apopa, están muy preocupados, ya que estos mantos acuíferos alimentan a muchos municipios del gran San Salvador y es tan grave, que el nacimiento de agua del caserío las Periqueras, ya se secó.

  Rodríguez asegura que 22 principales comunidades serán afectadas más algunos municipios del gran San Salvador, si intentan desaparecer estos diez mantos acuíferos.

  Solo el nacimiento de agua Chacalapa, que se encuentra en una zona rural del municipio de Apopa, beneficia a unas cinco mil familias aproximadamente, donde cuentan con sus propios lavaderos públicos y una piscina artesanal donde los niños y niñas del lugar llegan a dejar su estrés más ahora en época del virus covid-19.

  El municipio de Apopa se encuentra ubicado al norte de San Salvador y a unos 17 kilómetros de distancia de la capital, tiene una población de 185 mil habitantes aproximadamente y se cree que es el municipio con más población del país.

  Además, cuenta con varios cantones lo cual cada uno de ellos tiene su propia historia, como por ejemplo: El Ángel donde quieren desarrollar ese mega proyecto urbanístico y donde están los principales mantos acuíferos, Guadalupe, Joya Galana donde existe un manto acuífero que sustenta a unas cinco mil familias aproximadamente, Las Delicias, Guadalupe, Suchinango, Tres Ceibas, San Nicolás y Joya Grande.

  También, tiene 38 caseríos, 31 urbanizaciones, 38 colonias, 49 lotificaciones, 12 comunidades, 7 residenciales y 4 parcelaciones, haciendo un total de 182 asentamientos poblacionales. Totalmente muy grande. Este municipio, se caracteriza por ser un centro de desarrollo industrial y agrícola de la zona norte del área metropolitana del gran San Salvador y cuenta además con el famoso Río Tomayate, donde en el 2001 se encontraron unos huesos de fósiles, considerados como el más diverso y grande de Centroamérica.

ENTRE LA FE Y ESPERANZA, DEL NO AL PROYECTO URBANÍSTICO, CIUDAD VALLE EL ÁNGEL

  Sara García, coordinadora y habitante de la colectiva de mujeres KAWO del municipio de Apopa, asegura que en el año 2000, este nacimiento de agua Chacalapa era increíble, había agua en abundancia, pero con la industria que ahora funciona en la zona y la construcción de la carretera constitución, que por supuesto nos permite el acceso a Apopa, Soyapango y la zona Occidental y Oriental del país, nos vino a bajar la calidad de agua y ahora con esa mega obra que quiere hacer la familia Dueñas, significa que nos quedamos sin agua muchas zonas del gran San Salvador.

  La familia Dueñas, quiere terminar con esta reserva natural, al parecer quieren construir ocho mil viviendas, centros comerciales, en fin es un megaproyecto que a nuestras comunidades no nos traerá ningún beneficio.

  Muchas familias viven de la agricultura de la zona y consumimos agua de los mismos nacimientos que hemos cuidado de generación en generación. Cuando yo era pequeña, venir a este lugar era muy lindo, todos teníamos una conexión con la naturaleza de paz y tranquilidad, era un río muy caudaloso, ahora solo quedan piedras y poca agua.

  García, una mujer quien ha vivido décadas en dicho lugar y con una voz cálida, llegó al cantón Joya Galana, rodeada de otras mujeres defensoras del agua, ahí las esperaba el pastor Santiago Rodríguez y Elías Rosales, vicepresidente de dicho lugar, para ver cómo van los procesos legales de detener la megaobra que quieren desarrollar la familia Dueñas, ya que desde el año 2005, están luchando por que este proyecto no se realice.

Muchos niños de la zona vienen a este lugar a darse su respectivo chapuzón en la piscina artesanal, mientras sus madres lavan la ropa de casa en los lavaderos públicos que ellos mismos han construido, para no contaminar la poca agua que tienen.

Poco a poco cada mujer expresaba con mucha tristeza el problema que están viviendo en su municipio de Apopa. Este mega proyecto urbanístico, vendrá a destruir los pocos mantos acuíferos que quedan en la zona, hemos tenido gobiernos irresponsables como el actual, ya que en vez de parar este tipo de proyectos, que vienen a destruir más el medio ambiente, está apoyando a la familia Dueñas para que lo haga realidad, aseguró García.

  Por otra parte, el vicepresidente del cantón Joya Galana del municipio de Apopa, Elías Rosales, asegura que el Plan Parcial El Ángel, cuenta con unas 1600 manzanas de terreno aproximadamente, en el cual dentro de ellas hay viviendas, carreteras, empresas, agricultura e industria de la cual viven muchas familias.

  La cooperativa el Ángel, a lo mejor para calmar la situación, donó a la alcaldía de Apopa, diez manzanas de terreno boscoso y donde se encuentran diez nacimientos de agua o mantos acuíferos, que alimentan la zona norte del gran San Salvador, como Mejicanos, Apopa, Cuscatancingo, Ayutuxtepeque, Opico, Quezaltepeque, Santa Tecla, la Colonia Escalón y Santa Tecla, esto quiere decir, que si este proyecto urbanístico se hace realidad, todos los municipios ya mencionados, tendrían directamente serios problemas con el agua potable. 

  Además, de estas 1600 manzanas de terreno, la familia Dueñas ya tiene 508 manzanas, en la cual 326 estarían haciendo el mega proyecto Valle El Ángel, donde habrá más industria, viviendas, centros comerciales y no sabemos, qué más harán con la poca reserva natural que nos queda en el país, aseguró Rosales.

  En El Salvador hay leyes sobre el medio ambiente para cumplirlas, pero al parecer vale más la plata que la conciencia social, igualdad y derecho al respeto de la naturaleza y si seguimos así dentro de diez años no tendríamos árboles, vida silvestre y ni mucho menos el vital líquido, el agua.

ÁREAS PROTEGIDAS POR LA LEY DE MEDIO AMBIENTE, NO SE RESPETAN

  La ley del medio ambiente en su decreto número 233, asegura que la ley tiene por objeto desarrollar las disposiciones sobre protección, conservación y recuperación del medio ambiente, el uso sostenible de los recursos naturales, así como también normar la gestión ambiental, pública y privada y la protección ambiental como obligación básica del estado, los municipios y los habitantes en general y asegurar la aplicación de los contratos o convenios internacionales celebrados por El Salvador en esta materia.

  Asimismo, establece un marco general sobre información y participación en asuntos ambientales y la responsabilidad por daño ambiental.

  Dentro de esta ley también se encuentra el artículo nueve donde afirma sobre el derecho a la información en el cual asegura, que los habitantes tienen derecho a ser informados de forma oportuna, clara y suficiente, en un plazo que no exceda de quince días hábiles sobre las políticas, planes y programas ambientales relacionados con la salud y calidad de vida de la población.