Te entiendo, Yo he estado allí

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EL EVANGELIO EN MARCHA

MENSAJES DE ÁNIMO

Te entiendo, Yo he estado allí

La tristeza que te embarga hoy en día no es nada comparable a lo que anteriormente habías vivido o experimentado. Una tras otra las preguntas fluyen en tu mente, un sentimiento indescriptible te hace suspirar mientras te preguntas, ¿Por qué?, “Te entiendo, he estado allí” dice el Señor.

 

  A veces quisiéramos tener el poder de cambiar algunas cosas, de no permitir otras y de hacer lo que consideramos que se tendría que hacer, pero al darnos cuenta que nada de lo que hagamos puede cambiar lo que actualmente estás enfrentando, no nos debería quedar mas nada que someternos a su voluntad.

  Mi tarea no es tratar de entender lo que está pasando en mi vida, porque posiblemente tardaría demasiado o simplemente no entendería el porqué de las cosas. Mi tarea es confiar en aquel que siempre me ha dado la salida en todo, por eso él te dice: “Te entiendo, Yo he estado allí”.

  Duele mucho, piensas y no crees que puedas estar pasando por eso, pareciera que es un mal sueño, de esos que al despertar todo acaba y vuelve a la normalidad, pero es real y a pesar que te sientes mal y solo, no lo estas, y Él solo puede decirte: “Te entiendo, Yo he estado allí”.

  A veces pensamos que nadie más pasa por cosas tan difíciles como a las que a nosotros nos toca experimentar, creemos que lo que nos sucede es más fuerte que cualquier otra cosa, pero si hay alguien que ha pasado por cosas aun mas fuertes, es Él, por eso te dice: “Ten entiendo, Yo he estado allí”.

  Hay cosas incomprensibles en la vida, hay cosas que no entenderemos por más que pensemos y pensemos, podemos tratar de enojarnos con Dios, pero no será esa la solución, podemos tratar de reclamarle o cuestionarlo por lo que está permitiendo, pero ¿Quién mejor que Él para actuar en nuestra vida?, Lo que me duele, me moldea, me enseña, me corrige o simplemente aumenta mi fe.

  Quizá tu digas: “¿Y es necesario que duela tanto para aprender algo de esto?”, yo podría decir que quizá no es necesario, pero no soy yo quien lo dicta, ni quien lo mide, es Dios mismo quien actúa y Él si sabe actuar, el conoce nuestros límites, el conoce sus formas de enseñanza, Él sabe como iniciar y terminar siempre las cosas tal y como Él necesitaba que fueran.

  En este momento me duele y mucho, quizá clame por su ayuda y a lo mejor no vendrá hasta que su propósito a través de esto se haya cumplido. Quizá me vea con ojos de amor y listo para salir en mi ayuda, pero a la vez sabe que tengo que pasar por eso, que eso de alguna forma me ayudará, que esa situación de alguna forma me enseñará algo de lo que en su momento sacaré provecho, en este momento no se ve provecho, pero Dios es dueño de los tiempos y sabe en qué momento el provecho saldrá a luz.

  ¿Qué me queda frente a lo que no entiendo ni comprendo?, Solo creer, solo seguir creyendo, solo seguir confiando, solo seguir reconociendo mi necesidad de Él.

  Él es mi socorro, mi ayuda, el Señor de mi vida, el que cambió por completo lo que yo antes era, Él que me dio vida cuando estaba muerto, el que le dio a mi vida una razón de ser, el que cambio mi llanto en alabanza, mi tristeza en gozo, el que siempre estuvo, está y estará a mi lado.

  Quizá en este momento tan nublado te sea difícil ver a Dios a tu lado, pero ¿Sabes?, siempre ha estado allí, nunca se ha alejado de ti, cuando lloras, como cuando sonríes, cuando estás triste, como cuando estás feliz, cuando estás en problemas, como cuando todo va bien, El es tu compañero en todo tiempo, tu mejor amigo, quien realmente te comprende, ¿Sabes por qué?, porque Él te dice: “Yo he estado allí”.

  Si hay alguien que comprende el dolor humano en todo sentido, es Él, en un principio porque Él nos creó, y también porque se hizo hombre, para ser como uno de nosotros, experimentar lo que nosotros experimentamos. Ser despreciado por los hombres, negado por sus mejores amigos y crucificado injustamente, lo hace ser el único que realmente puede comprendernos, el único que realmente sabe lo que en este momento podemos sentir, por eso Él te dice: “Te entiendo, Yo he estado allí”

  Él ha estado en esta posición o en una más difícil, y si Él siendo Dios experimentó muchas cosas difíciles, ¿Por qué nosotros no?, nuestra actitud frente al dolor o frente a la tristeza que nos provoca lo que estamos experimentando en este momento tendría que ser la de un hijo de Dios, que a pesar de todo, no deja de confiar o creer en lo que Dios hará a través de este episodio de vida.

  Saldrás de esta como has salido de muchas, la tristeza no será por siempre, porque un gozo te espera, el dolor terminará, tus heridas sanarán y Dios te usará y te mostrará el propósito por el cual tuviste que pasar por todo esto, y entonces: Su propósito se cumplirá en ti.

¡Dios te entiende, porque Él ha estado allí!

  “Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales”. Filipenses 2:6-8 (Nueva Traducción Viviente) (Autor: Enrique Monterroza)