EL EVANGELIO EN MARCHA
Esperanza y consuelo
Por: Francisco Aular (faular@hotmail.com)
Recuerda la promesa que me hiciste; es mi única esperanza. (…) Medito en tus antiguas ordenanzas; oh SEÑOR, ellas me consuelan. Salmo 119:49,52 (NTV)
Sin la esperanza y el consuelo que me da la Biblia no pudiera vivir. La Biblia es el libro de la esperanza y del consuelo porque es el Libro de Dios para encontrar una razón para vivir y luchar. Dios nos ha dejado en este sagrado Libro, su Voluntad para que el ser humano lo encuentre a Él y sea feliz, porque su Voluntad es siempre buena, agradable y perfecta (Romanos 12:1); no existe desesperación humana tan grande o sufrimiento que no encuentre en la Biblia esperanza y consuelo (2 Corintios 1:3-11).
No hay dolor, por muy diferente sea el motivo que lo produzca, que no encuentre en las doradas páginas del Libro de los libros esperanza y consuelo; no existe pecado demasiado tenebroso que no pueda ser iluminado por la esperanza y consuelo para el arrepentimiento para con Dios y del perdón de Dios que surge de su Palabra, siempre como un faro luminoso que penetra en las tinieblas del mundo: “¿Qué Dios hay como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito del remanente de su pueblo? No siempre estarás airado, porque tu mayor placer es amar. Vuelve a compadecerte de nosotros. Pon tu pie sobre nuestras maldades y arroja al fondo del mar todos nuestros pecados”.
(Miqueas 7:18,19 NTV); la Biblia es el libro de la esperanza y consuelo porque JESUCRISTO es el centro de la misma, Él es el centro de la historia pasada, presente y futura; JESÚS se encuentra sustentando todo el mensaje la Biblia, desde el Génesis, cuando es profetizado (Génesis 3:15) hasta su triunfo final en compañía de los suyos en la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:2) ¡Bendito y alabado sea Dios por dejarnos su Palabra! Toda la Biblia es esperanza y consuelo.
En efecto, según el salmista en el Salmo 119, la Biblia es la única fuente de la verdadera esperanza y consuelo que Dios nos ha dejado: “Recuerda la promesa que me hiciste; es mi única esperanza (v.49); la Biblia es el libro de la esperanza y el consuelo por su gran poder transformador: “Tu promesa renueva mis fuerzas; me consuela en todas mis dificultades” (v.50); la Biblia es nuestra esperanza y consuelo en medio de las burlas y persecuciones que nuestros familiares, compañeros de trabajo y amigos, nos puedan dar por ser nosotros amantes de la Palabra de Dios, pero la Palabra me dará la firmeza para mantener mis convicciones: “Los orgullosos me tratan con un desprecio total, pero yo no me aparto de tus enseñanzas.
Medito en tus antiguas ordenanzas; oh SEÑOR, ellas me consuelan” (vv.51,52); aunque mantenga una fuerte indignación contra aquellos que rechazan la Palabra y la desprecian, y aun conmigo mismo cuando le fallo a Dios, no dejo que amarguen mi carácter, porque no soy un fanático religioso legalista, sino un cristiano feliz con su Señor, por lo tanto, mantengo una canción de esperanza y consuelo en mis labios: “Me pongo furioso con los perversos, porque rechazan tus enseñanzas.
Tus decretos han sido el tema de mis canciones en todos los lugares donde he vivido” (vv.53,54); la Biblia es el libro de la esperanza y consuelo, y ella será mi única norma de fe y práctica desde ahora y para siempre, porque en la Biblia encuentro esperanza y consuelo, y, sé que Dios es quien Él dice ser, Dios puede hacer lo que Él dice que puede hacer, yo soy quien Dios dice quien soy, todo lo puedo en Él y su Palabra, y por eso, la Biblia está viva y activa en mí: “De noche reflexiono sobre quién eres, SEÑOR; por lo tanto, obedezco tus enseñanzas. Así paso mis días: obedeciendo tus mandamientos (vv.55,56). Sí, ¡la Biblia es mi esperanza y consuelo! ¡Gloria a Dios!
ORACIÓN: Amado Padre Celestial; Bendito y alabado seas por dejarnos tu Palabra que permanece para siempre, ella es el ancla sobre la cual se aferran mi fe, mi esperanza y mi amor; no son mis emociones las que iluminan mi sendero, sino la luz de tu Palabra. Ayúdame a ser un ser humano conforme a tu Plan Eterno encontrado en tu Palabra. En el nombre de JESÚS. Amén.
PERLA DE HOY: Sin la esperanza y el consuelo que me da la Biblia no pudiera vivir.