EL EVANGELIO EN MARCHA
La última cadena
MARCOS 5:1-19
Por: Rev. Julio Ruiz, Pastor
INTRODUCCIÓN: Ya hemos dicho que Marcos nos presenta a Jesús como el gran libertador de todos los poderes como enfermedades, tormentas y demonios. Ahora se enfrenta en la media noche al poder mismo de Satanás en la liberación de un endemoniado. ¿Quién era este hombre? Se describe como alguien con un espíritu inmundo y poseído por una legión. Su morada era en un cementerio; allí donde solo había huesos y soledad. Vivía como un miserable al no ser retenido ni con cadenas ni con grillos. Los demonios lo habían alejado de la sociedad y ahora tiene por compañero lo inmundo. He aquí un hombre sin esperanza, poseído espiritualmente y en esclavitud. Se nos dice que había roto todas las cadenas y grilletes que le ponían, pero seguía siendo un esclavo. Los demonios rompían las cadenas humanas, pero él no podía romper la cadena de opresión que lo ataba, la más poderosa de todas. ¿Puedes imaginar el terror que este hombre causaba? Él vivía en el cementerio, pero no como los que tenemos hoy. Aquellos cementerios eran tallados en las rocas y quedaban expuestos de modo que pronto se descomponían. ¿Se acuerdan del caso de Lázaro? Él andaba desnudo. Andaba corriendo como un hombre salvaje día y noche. Se cortaba su cuerpo de modo que estaba cubierto de sangre y cicatrices. Gritaba en su tormento y no encontraba consuelo. Este hombre había roto todas las cadenas, pero no había roto la última de su vida. Cristo cruzó el mar de Galilea para romper la cadena más grande, la última de su vida. Jesús vino para poner en libertad a los cautivos, de eso se trata el presente mensaje. Consideremos el poder de Jesús contra la cadena más grande del enemigo del alma.
JESÚS ROMPE LAS CADENAS DEL TORMENTO HASTA SENTAR AL HOMBRE EN COMPLETA PAZ
Señor de los demonios v. 2. Barclay, comentando esta historia, dice: “El lugar era peligroso, la hora era peligrosa y el hombre con quien se encontraron era peligroso”. Sin embargo, Jesús va directamente a este encuentro con la diferencia que será el mismo endemoniado que vendrá a él. Los discípulos de Jesús sabían que andar con él era prepararse para encuentros sobrenaturales. Él vino para deshacer las obras del diablo. A los que están cautivos vino a darles libertad, convirtiéndolos en sus instrumentos. Él es Señor de las tinieblas. Los poderes del averno también le están sujetos. Jesucristo es Señor de todo. Ahora vemos al hombre que huyó de todos, corriendo a Jesús. Los demonios que alejaron a este hombre de todas las relaciones humanas lo llevaron a los pies de Jesús. Observe que ellos no cayeron ante Jesús para adorarlo como Señor, simplemente cayeron en reconocimiento de su deidad. ¡Se inclinaban ante el Señor de Señores! En esta historia se cumple la palabra profética que ante él toda rodilla se doblará. Como Señor que es de los demonios le ordena que dejen libre a este hombre. Jesús vino a devolverle la paz a los hombres atormentados.
JESÚS ROMPE LAS CADENAS DE LA VERGÜENZA VISTIENDO AL HOMBRE SU DESNUDEZ
- Cada hombre es importante para Jesús v. 15b. En esta historia hay aspectos muy puntuales que son necesarios comentar. Jesús había estado toda la tarde dando una clase magistral a través de su particular método de enseñanza, conocido como las parábolas. En esto ocupó un buen tiempo. Lo hizo también en su travesía por el lago de Galilea. Sin embargo, su interés en liberar a un solo hombre en tal condición, no pasó desapercibido. Bien pudo el cansancio, comprobado por el descanso que tomó en la barca, haberle llevado a posponer esta tarea para el día siguiente. Cualquiera de nosotros lo hubiese hecho de esta manera. Pero no fue así. En el corazón de Jesús había la urgencia de la tarea. De esta manera, mientras todos en esa región temían a este hombre, huían aterrorizados cuando se acercaba, temblaban en sus casas al sonido de sus gritos y los niños eran advertidos sobre el loco del cementerio, Jesucristo no evitó aquel encuentro. Él llegó allí para cambiar la vergüenza del hombre a quien todos evitaban. Para Cristo todos los hombres son de inmenso valor.
2.Jesús vino a vestir al hombre de su desnudez. Esta historia también nos revela como el poder de Satanás hace que el individuo pierda toda su vergüenza, dejándolo desnudo y exponiendo su condición delante de los demás hombres. El diablo es un amo cruel. Su trabajo es llevar a una persona hasta un estado de miseria donde no pueda ver su propia vergüenza. Los espíritus inmundos crean en todo hombre una condición que afecta todo su sentido, y, sobre todo, derrumba su fortaleza moral. Pero la buena noticia es que Jesús tiene preparado un vestido nuevo para todos aquellos que andan desnudos. La sangre de Cristo tiene el poder no solo de perdonar pecados sino de cubrir a cada persona de una nueva vida. El endemoniado de gadara necesita un vestido. ¿Quién se lo dio? No lo sabemos. Pero lo que sí sabemos es que allí estaba Cristo. Y cuando Cristo se hace presente, él hace nuevo todas las cosas ¿Cuándo sería la última vez que aquel hombre anduvo vestido? No lo sabemos. Una vez que Jesús da paz al corazón, cubre todas nuestras vergüenzas.
JESÚS ROMPE LAS CADENAS DE LA LOCURA PONIENDO AL HOMBRE EN SU JUICIO CABAL
- Transfiriendo la inmundicia vv. 11, 12. Imagínese la escena. El hombre con sus demonios está arrodillado a los pies de Cristo. Le están rogando que nos los mande al infierno todavía, y es así como Jesús les concede la petición y hace una trasferencia de la inmundicia. Recordemos que los demonios son inmundos y ellos requieren de la inmundicia para seguir viviendo. Una de las cosas sorprendentes que nos revela este pasaje es que el hombre podría ser la criatura más depravada que existe. ¿Por qué decimos esto? Este hombre había una “legión” de demonios (v. 9). Una legión romana consistió alrededor de 6.000 soldados. Hagamos cálculos. Había 2,000 cerdos en esa manada. Eso sale a tres demonios por cerdo.
JESÚS ROMPE LAS CADENAS DEL OPRESOR PARA CONVERTIR AL HOMBRE EN UN MISIONERO
- “Vete a tu casa, a los tuyos y cuéntales…”. Jesús rechazó la petición del hombre de ir con él. En cambio, Jesús lo envió de vuelta a su casa para contarles a otros lo que el Señor había hecho por él. Y esa tarea fue la finalmente hizo. ¿Puedes imaginarse cómo debe haber transcurrido aquella escena? La gente lo ve venir. Se encogen de miedo. Los niños se esconden detrás de sus madres. Las puertas se cierran de golpe, y las personas corren con miedo de esconderse del loco. ¡Pero espere! Es cierto, es el mismo, pero está cambiando. Todavía tiene las cicatrices en su cuerpo, pero su mirada es diferente. Él no está gritando, está predicando acerca de un hombre llamado Jesús. Él no está corriendo como un hombre salvaje, él está calmado y sano y está hablando de cómo Jesús ha tenido misericordia de él. Él no está desnudo, él está vestido y en paz y cambiado. La gente escucha su historia y se emocionan; algunos sin duda son salvados. ¡Qué diferencia la hace Jesús al entrar en la vida! Notamos, pues, que este hombre después de haber sido un esclavo de Satanás con un espíritu inmundo, ahora el Señor lo ha convertido en un misionero de su evangelio.
- Comenzó a publicar cuan grandes cosas hizo Dios… Mis amados, la gente podrá discutir con nosotros acerca de nuestras doctrinas y nuestras prácticas, ¡pero no pueden refutar nuestros testimonios! ¡Nada es más poderoso que el testimonio de una vida cambiada! Es el testimonio de una vida cambiada lo que hará que otros vengan al Señor. ¿Podrá usted hablar de su testimonio, diciendo: grandes cosas han hecho el Señor conmigo? Este hombre pasó de ser un morador de los sepulcros a un embajador de Cristo a las ciudades. Un total de 10 ciudades conocieron de su testimonio. Es un hecho que donde los hombres no quieran recibir a Cristo en persona, él tiene sus testigos para que hagan su obra. Es un hecho que cuando alguien es transformado por el poder de Dios, nadie lo detendrá de ser un testigo fiel. ¿Puede imaginarse como misionero a las diez ciudades (Decápolis) al que vivía en un cementerio? La primera razón por la que Cristo ha cambiado nuestras vidas es para que seamos testimonio y bendición para otros. Lo inmundo en el hombre lo avergüenza, la presencia de Cristo lo dignifica porque grandes cosas él ha hecho en nosotros.
CONCLUSIÓN: Esta historia tiene elementos extraordinarios. Jesús hizo un viaje exclusivo a ese lugar solo por un hombre. Vea la forma como los habitantes de la región le pidieron que se fuera, contrario a otras provincias (los samaritanos, por ejemplo) que le pedían que se quedara. Jesús no dejó que el hombre libre le siguiera. Esto nos indica que aun cuando Cristo fue rechazado, su obra de amor y gracia hecha en un infeliz humano, no podía ser rechazada. En unas pocas horas Jesús hizo un misionero a quien nadie, por su propia condición perdida, le daría la bienvenida. En primer lugar, este hombre fue un misionero a su propia gente. La obra de cambio necesita ser probada primero en los de la casa. A ellos hay que contarles “cuan grandes cosas ha hecho el Señor”. El resultado no podía ser otro: “y todos se maravillaban”. En esto radica el reconocimiento de lo que Jesús hace. La obra del diablo produce asombro, terror y vergüenza. En la obra de Cristo la gente se maravilla y terminan dándole la gloria a Dios. Cuando alguien se convierte a Cristo, la gente verá a un hombre “sentado, vestido y en su juicio cabal”. ¿Ha sido así transformada tu vida?
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