Administrando mis recursos

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EL EVANGELIO EN MARCHA

Administrando mis recursos

SERIE: ADMINISTRACIÓN EN EL SEÑOR – Parte 3

Por: Rev. Ricardo Carrillo

INTRODUCCION.

  Estamos llegando al último tema de nuestra serie: La primera semana tratamos, Administrando mi vida, Administrando mi trabajo, Administrando mis relaciones y hoy queremos tratar un tema que atañe a todos, Administrando mis recursos.

Jesús dijo que no podemos servir a dos señores, porque amarás a uno y menospreciaras a otro; Jesús dijo, No puedes servir a Dios y a las riquezas. Quiero aclarar que el uso de los recursos naturales, no es nada malo, sino que tenemos que reconocer que detrás de los recursos naturales, muchas veces el adversario de nuestras almas se agazapa, por esa razón debemos estar atentos, debemos tener nuestros oídos espirituales, sintonizados con lo que Dios desea para nuestras vidas. Este día queremos tratar 4 factores en nuestros recursos en donde interviene Dios, la primera es:

 

DIOS ES EL DUEÑO DE MIS RECURSOS

Desde la primera página de la Biblia se declara quien es el dueño de nuestros recursos, miremos lo que Hageo 2:8 dice: Mía es la plata  y mío es el oro,  dice el Señor de los ejércitos. Aun lo que tenemos en la billetera, en el banco en donde lo tengas, le pertenece a Dios.

Somos mayordomos, somos administradores y este tema es crucial para tu vida, cuando te enteres que tú no eres dueño de nada y solo eres un administrador y lo primero que tenemos que reconocer  que él es dueño de los recursos que tu manejas; cuando leemos Génesis 1:28, aquí hay dos mandatos, el primero es: Mandato de poblar la tierra. “Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra.”

Dios no estaba llamado a llenar la tierra de consumidores de recursos, sino de coo-creadores de ellos. Coo-creadores, hombres de ciencia, artistas, hombres del campo, educadores, obreros, artesanos. Dios estaba llamando al hombre a poblar la tierra

El segundo mandato fue: Mandato de desarrollar la tierra. “Sojuzgad y señoread la tierra…” Génesis 1:28; Señoread Es una Palabra de bendición, y en especial el verso 28; El verbo Señoread, en el hebreo, el original, señoread  la tierra significa: Tener dominio, tener autoridad, a eso mando Dios al hombre.

Un autor dice: que la historia del desarrollo de la tierra, comienza labrando un huerto, en el Edén y termina en apocalipsis, donde Dios construye, una ciudad. Génesis 1 plantea la creación, apocalipsis 22 el estado eterno.

Desde Génesis 2, hasta apocalipsis 21, encontramos  el mandato para construir una ciudad, la historia del desarrollo. Un autor dice: que cada vez que Dios manda al hombre, siempre de alguna manera, le está haciendo recordar de su mayordomía, el concepto de Dios cuando le habla al hombre es desde su perspectiva de mayordomo.

El 100% de las veces que Dios le habla al hombre, le haba de mayordomía, porque hemos sido llamados a poblar la tierra no  para ser consumidores sino para desarrollar la tierra; si llegamos a captar eso, nuestro diario vivir va a ser trasformado, porque tú y yo de alguna manera estamos metidos en ese gran propósito del Señor.

Es importante que tú te veas como un administrador de los recursos de Dios, no puedes verte como dueño, tienes que verte como mayordomo como administrador. La parte más difícil para entender esto es decirle a Dios que reconocemos su poder y su soberanía; cuando el hombre le dice a Dios: Dios no soy dueño de nada, ni siquiera de este cuerpo, porque la Palabra dice que el cuerpo es del Señor; este cuerpo es como un vehículo que Dios te ha dado para que te movilices en el mundo físico; es como si yo te presto mi automóvil, para que tú te puedas movilizar, el automóvil no es tuyo, es mío, cuando ya no lo uses me lo tienes que devolver, por eso tenemos que cuidarlo.

 

DIOS ES EL DADOR DE MIS RECURSOS

Las cuatro cosas comienzan con la letra D para que podamos ayudarnos a recordarlas; En primer lugar, él es dueño; en segundo lugar él es dador; si tú tienes ropa que vestir, tenemos que entender que Dios nos la ha dado, si tú tienes algo de dinero producto de tu trabajo, debemos entender que Dios te lo ha dado; si tú tienes alimentos en tu refrigeradora, Dios te lo ha dado.

Si tienes un trabajo, a ti no te paga ni la empresa, ni la institución para la que trabajas, a ti te da ese dinero Dios, porque él ha dicho, mío  es el oro, mía es la plata.

Hermanos, tenemos que cambiar la manera de mirar las cosas, debemos cambiar nuestra cosmovisión, esta es la visión de lo alto, necesitamos entender que nosotros estamos en los planes de Dios, quizás nunca lleguemos a ser senadores de este país, ni seremos presidentes de la república,  pero pertenecemos al reino de los cielos y somos ciudadanos de la Jerusalén de arriba.

La Biblia dice que nuestro nombre está escrito en el libro de la vida, y la Biblia dice que el día que el Señor venga tenemos un lugar en la mesa, con el Señor Jesucristo, Dios es dador de mis recursos y me entrega estos recursos a través de su soberanía.

Son tres maneras como Dios te da recursos: 1. Los entrega a través de su soberanía “Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios” Eclesiastés 5:19.

 

DIOS DEMANDARA POR EL USO DE MIS RECURSOS

Hermano tú tienes que saber esto, tengas pocos o muchos recursos, pero Dios te dice que vas a tener que dar cuentas. “Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente”. Lucas 19:11

Este pasaje es la introducción a la Parábola de las diez minas, donde el Señor explica en qué circunstancias le da esta parábola; ellos pensaban como Jesús estaba cerca de Jerusalén, algo iba a pasar, ellos pensaban que Jesús iba ser elegido rey e iba a derrocar a Roma, poniendo a Israel como la primera nación del mundo.

Eso era lo que esperaban los judíos, que algo iba a pasar y los apóstoles ya se estaban repartiendo los puestos y por eso el Señor les da esta parábola.

Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver. 13 Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas,[a] y les dijo: Negociad entre tanto que venga 14 Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros. 15 Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno16 Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. 17 Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. 18 Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas  19 Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades 20 Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo; 21 porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. 22 Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré;  23 ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses?24 Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas. 25 Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. 26 Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Lucas 19:12-26

Esta es la economía del cielo, mi hermano, el Señor está diciendo, que él va a demandar de cada uno de nosotros, razón de nuestra mayordomía, razón de nuestra administración, el siervo del versículo 21 dice que tuvo miedo, y este es un factor fundamental, para fracasar en la vida espiritual, por temor a arriesgar por el reino de Dios.

Tenemos que recordar que toda la historia universal se dirige a la construcción del reino de Dios. Recuerda eso, que en el fin de los tiempos cuando la Nueva Jerusalén esté completa, será nuestra habitación por los siglos y los siglos.

Si nosotros pensamos, la irresponsabilidad de este hombre de guardar el dinero, que no era de él, en un pañuelo y le dice al Señor, Yo tuve miedo de ti; miedo a tomar riesgos por el reino de Dios, miedo al fracaso, miedo a quedar mal, miedo al futuro; tenemos que entender, que un día vamos a da cuenta de nuestra administración; tenemos que recordar que en el cielo habrá dos tipos de tribunales, uno se llama el tribunal  de Cristo.

Y está allí en 2 Corintios, a ese tribunal iremos todos los cristianos, a ese tribunal no llegará ningún pagano; en ese tribunal todos son salvos, pero es un tribunal para galardones, para premios y allí solo llegan los que están inscritos en el libro de la vida.

Si tú tienes el Espíritu Santo en tu corazón, entonces tú estarás allí, en el tribunal de Cristo. Cuando llegue ese día, pudiera ser esta noche, o mañana al amanecer, la pregunta es: ¿estás listo para eso?, ¿estás listo para el regreso del Señor?

 “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”. 2 Corintios  5:10 este es un tribunal solo para creyentes.

Pero en Apocalipsis 20, es un tribunal diferente, allí van todos los condenados, allí nadie se salva, estas dos cosas deben quedar claras: Habrá un tribunal de Cristo y en aquel día habrá:

¿TRIUNFO O FRACASO?

Mi hermano, ¿qué te espera a ti Si Cristo viene hoy, antes que termine este día?, Sería para ti un día de triunfo o un día de fracaso; un día de gozo por tener una vida aprobada por Dios o un día de vergüenza porque le has fallado al señor.  “Bien buen siervo y fiel en lo poco has sido fiel sobre mucho te pondré…” Mateo 25:23

Es imprescindible rendir cuentas, porque somos administradores de los recursos de Dios, la pregunta es, tú estás listo para dar cuenta.

 

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